Trastorno bipolar
La psicología es mi pasión, la mente es increíble, en la consulta se puede apreciar como las propias personas se quedan perplejas de lo que su mente y su cuerpo son capaces de generar.
Observar los procesos psicológicos es una maravillosa oportunidad. Siento un completo respeto por la manifestación de lo que los manuales de psicología, las asignaturas de la universidad y los exámenes te preguntan, aquello que las personas pueden llegar a vivir.
Los trastornos psicológicos como el trastorno bipolar afecta a los mecanismos que regulan el estado de ánimo. En pocos casos como en el bipolar se da un tránsito tan explícito entre la cordura y la locura, la serenidad y la agitación, el optimismo y el negativismo. Los polos se hacen con el sujeto que se ve oscilando entre la euforia patológica y la depresión, y según el cuadro, esto puede suceder en un corto intervalo de tiempo o con espacios de descanso.
Se trata de un trastorno crónico, episódico y recurrente. Afecta aproximadamente a un 2% de la población y se manifiesta en ambos sexos por igual. Los estudios científicos demuestran una alta carga hereditaria y biológica, los neurotrasmisores implicados (dependiendo del momento anímico del cuadro) son la dopamina, la serotonina y la acetilcolina. Los factores de la vida social, económica y personal del individuo, pueden ser desencadenantes, las presiones económicas, los conflictos familiares, acontecimientos vitales negativos…son situaciones que hacen más sensibles la aparición del trastorno.
Con esta introducción creo que se empieza a perfilar la seriedad del tema, la información y el respeto por los trastornos mentales son una asignatura pendiente aún. Se nombra y etiqueta incluso en medios de comunicación (aunque sean de entretenimiento) sin el cuidado que se merece. De igual manera que no se utilizaría como arma arrojadiza o argumento cualquier tipo de limitación a afección física, el uso del trastorno bipolar para descalificar a alguien no es apropiado. La precaución y el respeto nos liberan de malos usos.
Veamos que manifestaciones tiene el trastorno bipolar:
La Manía e Hipomanía
El trastorno bipolar se diagnostica cuando la persona tiene al menos un episodio maníaco. Esta fase suele comenzar con falta de sueño, aunque no se descanse el sujeto tiene mucha energía. La manía y la hipomanía se diferencian por la intensidad de los síntomas y en algunos síntomas; la manía llega a ser disfuncional para la persona pudiendo afectar a su trabajo, vida familiar, economía…puede provocar desconexión con la realidad y necesitar hospitalización. Mientras la hipomanía es más leve, el sueño y la energía se ven afectados pero no suele implicar perjuicio grave.
Tanto los episodios maníacos como los hipomaníacos comprenden tres o más de los siguientes síntomas:
- Disminución de la sensación de sueño
- Aumento de energía, actividad, euforia y agitación
- Episodios desproporcionados de optimismo.
- Episodios desproporcionados de nerviosismo o tensión
- Sensación exagerada de bienestar y confianza en sí mismo (euforia)
- Locuacidad inusual, verborrea, rapidez verbal
- Frenesí de ideas
- Distracción, dificultad en el mantenimiento de la atención
- Práctica de malas decisiones, como hacer compras compulsivas, tener relaciones sexuales de riesgo, regalar dinero u objetos de valor.
- Pueden surgir delirios, suelen ser de grandeza y místicos; se pueden llegar a creer que tienen poderes sobrenaturales o que son la reencarnación de santos y de personajes famosos.
La detección en momentos tempranos de la manía es difícil, no se dan cuenta de los cambios y hacía donde pueden dirigirse, es más, el primer episodio maníaco se suele detectar muy avanzado porque como el individuo está contento y activo no se ve el problema. Las veces siguientes se suele mostrar una persona eufórica con elevado nivel de irritabilidad, frustración e intolerancia, deja de ser “divertido” y “atractivo” y se convierte en alguien descontrolado.
La depresión
Esta es la cara b de la bipolaridad, la depresión es la fase más frecuente. Los síntomas del diagnóstico por depresión son los mismos que en el trastorno bipolar, en ocasiones se puede creer que esta fase depresiva es un trastorno depresivo (por desconocimiento de los episodios de manía, o porque es un caso donde aún no se ha dado la manía que y aparece posteriormente).
Características de la fase depresiva:
- Apatía, pérdida de interés.
- Cansancio (todo le cuesta un enorme esfuerzo).
- Variaciones en el apetito (disminución o aumento).
- Alteraciones en el sueño.
- También pueden aparecer ideas pesimistas repetitivas.
- No es infrecuente que ante la desesperanza que rodea esta situación, el enfermo tenga pensamientos relacionados con la muerte e incluso intente suicidarse.
El trabajo personal en esta fase requiere la conciencia de temporalidad, reconocer que aunque en su proceso parezca que los síntomas de tristeza van a seguir siempre, mejorar es posible. La ayuda de fármacos estabilizadores del ánimo consigue el equilibrio necesario.
La Remisión
Las personas con trastorno bipolar pueden estar sin síntomas durante mucho tiempo, es la fase que se nombra como en remisión.
Mantener la fase de remisión y prevenir recaídas está directamente relacionado con el nivel de conciencia de enfermedad. La falta de sueño, la irritabilidad, las disfunciones cognitivas,…o cualquier señal de inicio en la alteración del estado de ánimo son indicadores importantes para impedir recaídas. El tratamiento farmacológico es muy importante para el equilibrio anímico.
El fármaco más nombrado es el famoso Litio, a finales de 1940 se descubrió sus efectos antimaníacos, se comenzó utilizando en otras afecciones médicas hasta ver sus propiedades sobre el estado del ánimo. En la actualidad se utiliza para el tratamiento de la manía y para la profilaxis del trastorno bipolar.
La cultura general sobre la salud mental continua llena de viejos fantasma donde se da mucha importancia a la estigmatización social y se siente como carga familiar.
Las personas que no están implicadas en casos de bipolaridad y no están formados en patología psiquiátrica no conocen los síntomas específicos y si se alude a estereotipos y características que se han destacado socialmente del cuadro general. En general se tiene la idea correcta de que el tratamiento conjunto psico-farmacológico es lo más efectivo. (Revista de Psiquiatría y Salud Mental (Volumen 5, Issue 2, April–June 2012, Pages 98-106)
Sin desarrollar otro mucho contenido del tema que tratamos aquí; fases, presentaciones, tipos, causas, evolución… El interés de este texto es la difusión de las características que el trastorno tiene y de lo que pueden experimentar aquellas personas que lo viven. Las dificultades psicológicas no están a la vista, nadie lleva un cartel con los problemas que tiene, solo vemos las manifestaciones de lo que sucede en las personas. El malestar psicológico limita la vida del que lo padece, la terapia psicológica es fundamental para aprender a convivir con ciertas características, a modificar otras y conseguir la mejor calidad de vida posible.
BVG Psicologia
Beatriz Villagrasa García
689 40 17 35
En mis años de universidad, teníamos un profesor que la padecía, o por lo menos eso era una vox populi, y era alucinante este señor, nos traía por la calle de la amargura.
Un artículo de lo más interesante, si señor.