Qué tipos de estrés existen
Como habréis podido comprobar, estamos muy concienciados con el tema de que es mejor prevenir que curar. Últimamente, estamos hablando mucho de las cosas que debemos tener en cuenta para mejorar nuestra salud, ya que es lo único que realmente nos pertenece, y suele ser a lo que menos atención prestamos.
Si creéis que no es así, os invito a la siguiente reflexión: cuando se estropea nuestro coche, la lavadora o el televisor, automáticamente, lo llevamos a reparar o compramos uno nuevo, sin embargo, cuando se trata de nuestra salud, ese gasto lo vamos retrasando hasta que todo lo material queda cubierto, por ejemplo, si necesitamos graduar nuestras lentes y cambiar la lavadora, primero cambiamos la lavadora. Si necesitamos ir al quiropráctico y arreglar el coche, primero arreglamos el coche. Esto nos demuestra que anteponemos lo material a nosotros mismos.
Así, que hoy hablaremos con Sole de Soho Quiropráctica para que nos explique los diferentes tipos de estrés que existen y examinar si estamos sufriendo alguno, o más de uno.
Lo primero que debemos saber, es que el estrés es cualquier agresor físico, químico o emocional, que crea un impacto nocivo para nuestro sistema nervioso. Nos infringe tensión emocional y física. Si lo sufrimos en pequeños episodios para superar un peligro, es estrés positivo, nos pone en alerta y nos ayuda, pero, si se prolonga en el tiempo y se convierte en crónico, y podemos sufrir graves problemas de salud como: dolores de lumbares, cervicales, presión arterial alta, acné, eczema, diabetes, piel seca, depresión, mala memoria, diarrea, estreñimiento, y dolores de cabeza entre muchos otros síntomas. Seguramente habremos reconocido alguna señal y estaremos empezando a pensar y a ser consciente de que el estrés también habita en nosotros.
El estrés es una de las mayores lacras en la sociedad, porque afecta a la mayoría de la población, pero podemos hacer cosas para remediarlo, “yo recomiendo que nos adelantemos a eso. En mi caso, de muy jovencita, tuve escoliosis, era algo que no era normal entre comillas, y tuve que buscar solución. Fui a la quiropráctica y me metió en la cabeza que no hace falta esperar a que nos salga algo para empezar a cuidarnos. Yo eso lo he tenido siempre muy claro, como un lema desde pequeña, y a mí, anticiparme a eso me ha ayudado, me ha librado de un montón de problemas en el futuro”, nos explica Sole.
El estrés puede englobarse en cuatro bloques:
- Estrés físico: Un pequeño ejemplo de cosas que pueden suponer un estrés físico, son.
- Una mala postura en el sofá (por ejemplo, la siesta con la cabeza “descolgada”).
- Levantar peso de forma incorrecta.
- Muchas horas de conducción al día.
- Cruzar las piernas al sentarnos.
- Llevar el bolso siempre en el mismo hombro.
- Sentarnos sobre la cartera.
- No dormir bien o lo suficiente.
- Estar muchas horas seguidas sentadas/os.
- Realizar poco o ningún ejercicio.
- Sufrir caídas o accidentes.
- Mirar el teléfono durante mucho rato con la cabeza cabizbaja.
- Usar tacones que no repartan el peso de una forma adecuada para la estabilidad y equilibrio de nuestro cuerpo.
- Estrés químico: Algunos de los ejemplos que pueden causarnos estrés químico, son.
- Ingerir mucha comida procesada.
- No beber suficiente agua.
- Falta de frutas y verduras en nuestra dieta.
- La utilización de químicos en la limpieza.
- Perfumes, cremas y desodorantes tóxicos.
- Fumar
- Ingerir alcohol. “El alcohol no es bueno para el sistema nervioso, es un neurotóxico y es un estrés químico”, recalca Sole.
- Tomar medicamentos.
- Comer demasiado.
- Estrés emocional: Algunas de las cosas más típicas que nos provocan estrés emocional, son.
- El miedo.
- La presión en el trabajo o en los estudios.
- La falta de organización y control.
- El perfeccionismo.
- La negatividad y la rigidez mental.
- Las prisas y la falta de tiempo.
- Una convivencia no satisfactoria.
- La pérdida de alguien o algo importante.
- Entrar en bucle con pensamientos negativos.
- La autocrítica destructiva.
- La falta de sueño.
- Dejar nuestras necesidades para lo último, no ser nuestra propia prioridad.
- Todos lo mencionado anteriormente, puedes llevarnos a sentir que nos falta el aire, que no podemos respirar, a estar llorando todo el día o sentirnos deprimidos. Por eso es tan importante tratar los síntomas cuanto antes.
- Estrés positivo: El estrés positivo es el que nos ayuda a identificar un peligro real y no peligros inventados que nos provocan estrés negativo. Es una alarma que nos dice, ahora, despierta, tienes que huir. Estos son algunos de los beneficios que nos aporta el estrés positivo.
- Nos ayuda a enfrentarnos y resolver problemas.
- Nos convierte en personas más productivas y efectivas.
- Estimula nuestra creatividad.
- Nos alerta de los peligros para actuar rápida y eficazmente.
A continuación, os dejamos algunos consejos para gestionar el estrés negativo y revertirlo en positivo:
- Practicar meditación.
- Comer sano.
- Hacer deporte de forma regular.
- Dormir bien.
- Rodearnos de buena gente que tengas energía positiva.
- Pensar en positivo.
- Ajustarnos en un quiropráctico.
Desde Soho Quiropráctica nos explican, “nuestro cuerpo es muy inteligente, y nuestro sistema nervioso central, está dividido en sistema nervioso simpático y parasimpático, que es autónomo, no lo controlas, es el que al levantarte por la mañana, sabe que tiene que latir, pestañear, producir cera, que las uñas crezcan… todo en automático, sin que tú le digas, oye, late, respira… El simpático es el que autónomamente te prepara para la huida, y el parasimpático es el que te prepara para relajarte, todo los procesos de regeneración del cuerpo, de renovación tisular, renovación celular, de antienvejecimiento, etc, es el sistema nervioso parasimpático, sin embargo, vivimos como si hubiera peligro por todos lados. Estamos preparados para el peligro todo el tiempo, pero, ¿qué gasto de energía es ese?, ¿qué necesidad hay de mandar información todo el rato para estar alerta?, dilatar las pupilas o no poder dormir porque sentimos que debemos estar alerta”. Estaría bien que averiguáramos que cosas son las que activan el parasimpático, porque es el estado en el que generalmente tendríamos que estar.
Tal y como comenta Sole, “yo no concibo vivir sin ajustarme, porque sé cómo afecta el estrés de fuera a nuestra columnas y al sistema nervioso. Veo a gente que comienza a ajustarse y mejora la flexibilidad, la movilidad… una persona flexible, es flexible también consigo misma, con su cabeza y, puede empezar a hacerlo por la mente o puede empezar a hacerlo por el cuerpo. Hay gente que cuando termina sus fases intensivas, a lo mejor se toma las cosas de otra forma, es que es muy fuerte, como añadir movilidad a una zona que no la tenía, donde ahí había un bloqueo, consigue que te sueltes, como si te quitaras una mochila, y hemos llegado a una revisión, y hemos dicho, mira como estabas al principio y mira cómo estás ahora. Y esto, ya es que lo noto yo, como tenías esta cervical cuando llegaste, como la tienes ahora y es soltar un peso, como cuando te quitas una china del zapato, por ejemplo, que está ahí, no te das cuenta y te acostumbras a ello, vale perfecto, pero cuando te la quitan dices, jolín, ¿todo este tiempo he estado yo viviendo con esto, de verdad?”
Nos quedamos con una reflexión que nos regala Sole, y es que ella dice que le encantaría que el centro quiropráctico fuera un lugar de mantenimiento de la salud, con gente que estuviera sana, que estuviera comprometida con su bienestar, gente feliz porque no sufre estrés negativo, pero de momento, mientras no tengamos la cultura del autocuidado, deberá seguir ajustando el sistema nervioso y esquelético de personas con problemas.
Para alargar nuestra vida y sobre todo, la calidad de esta, es muy importante que nos cuidemos y trabajemos la prevención de problemas de salud.
¿A qué tipo de estrés estás expuesto?
Más información:
Web: www.sohoquiropractica.com
Email: info@sohoquiropractica.com
Dirección: C/ Barroso nº 14 – Málaga
Teléfono: 952-60-78-99
Autora del artículo: Sara Gili Gatius
Todos los días se aprende algo nuevo, no sabía que había un tipo de estrés químico. Muy buena info la del artículo
Pues a mí me ha pasado lo mismo que a Bea y yo le añado por sorprendente, el estrés positivo, porque parece todo lo contrario a lo que entendemos por estrés. Bastante curioso la verdad
Con vosotrxs siempre se aprende algo nuevo 🙂 🙂 Y controlar el estrés es muy importante para que no afecte a nuestra salud
Gracias por la info del artículo, está bien saber todo esto para saber cómo poder actuar en cada momento.
Parece que no, pero hay muchas cosas de uso cotidiano que al final provocan estrés, y no parece como tal ya que como estamos tan acostumbrados a ello, parece que es una cosa normal