El estilo de vida, el desarrollo profesional, la ingesta de anticonceptivos… Son situaciones que están provocando el retraso de la primera maternidad, lo que obliga a muchas mujeres a acudir a tratamientos de reproducción asistida como la vitrificación de óvulos.
Mujer, de entre 38 y 40 años de edad y de profesión liberal. Este es el perfil habitual que el doctor Enrique Pérez de la Blanca, recibe en su consulta como jefe de la unidad de Reproducción Asistida de Quirónsalud de Málaga, Marbella y Campo de Gibraltar. Bajo un contexto de pareja estable, manteniendo relaciones sexuales habituales en las que ambos llevan una vida saludable, pasados los 38 años de edad de la mujer las posibilidades de tener un embarazo al año son de un 10%, cuando alcanza los 40 el índice se reduce a un 7%, y al llegar a los 42 las posibilidades son prácticamente inexistentes.
Una situación que se aleja del estilo de vida actual, donde el colectivo femenino dedica las mismas horas que su compañero a su desarrollo profesional, a disfrutar de su ocio con amigos, utiliza métodos anticonceptivos para retrasar la primera maternidad… Las consignas publicitarias nos dicen que ahora, los cuarenta son los nuevos treinta. Sin embargo, la biología es rotunda y severa con esto, el cuerpo de la mujer tiene un reloj que indica cuándo se está extinguiendo el momento para ser madre. Cuando ellas están iniciando su “edad reproductiva social” ha finalizado su “edad reproductiva biológica”.
Es entonces cuando la palabra esterilidad comienza a golpear en las sienes de muchas mujeres y también en las de sus parejas. Dentro del lenguaje médico se entiende por esterilidad la incapacidad para lograr gestación tras un año de relaciones sexuales con frecuencia normal y sin uso de ningún método anticonceptivo. Según el informe Fertilidad y Reproducción Asistida de la Sociedad Española de Fertilidad, el 85% de las parejas logran espontáneamente una gestación en el transcurso del primer año, y un tercio de estos embarazos ocurre en los tres primeros meses de ese periodo. En los doce meses siguientes conseguirá la gestación espontáneamente un 5% adicional de parejas. Aquellas que no lo logren en este período, estarán afectadas por alguna limitación de la capacidad reproductiva.
Continuando con las cifras, estudios epidemiológicos más amplios aseguran que la esterilidad afecta al 15% de la población en edad reproductiva de los países occidentales, es decir, a una de cada seis parejas. Datos que van en aumento. Nos preguntamos entonces, ¿quién de los dos miembros de la pareja sería el responsable? Aunque el varón lo es entre el 25 y el 35% de los casos, la edad avanzada de las mujeres con deseo reproductivo puede considerarse como la principal causa actual de incremento de la esterilidad en nuestra sociedad. La mujer presenta su máxima fecundidad entre los 20 y los 30 años. A partir de esta edad se inicia el declive fisiológico de la fecundidad, tal y como indicábamos al inicio de este reportaje.
Nuevas técnicas
Afortunadamente la ciencia avanza y, aunque desde Quirónsalud nos aseveran que no recomiendan la maternidad cerca de los 50 años de edad, existen diferentes técnicas para poder cumplir un sueño en el caso de muchas mujeres que acuden a someterse a un tratamiento de Reproducción Asistida. Sin embargo, seamos cautos. Debemos ser conscientes de que los resultados de los tratamientos de reproducción asistida, con la excepción de la donación de ovocitos, sólo podrán aspirar a equipararse a los resultados normales para esta edad, que como hemos citado son notablemente bajos.
¿Qué es la vitrificación?
La vitrificación consiste en un proceso de conservación a muy baja temperatura, a través de una extrema elevación de la viscosidad durante el enfriamiento, que se realiza a gran velocidad. Pérez de la Blanca aporta claridad en la explicación del proceso. “Un óvulo está formado fundamentalmente por agua, si lo congelamos podría explotar como ocurriría con una botella de agua al meterla en el congelador. Esta técnica lo hace a tal velocidad que se convierte en una especie de cristal”. Los ovocitos son protegidos y sumergidos en nitrógeno líquido a una temperatura de -196ºC. Esta técnica se suele utilizar tanto en ovocitos como en embriones humanos.
Esta última aplicación que podría plantear problemas éticos, queda recogida en la Legislación Española (Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción humana asistida) que indica que estos embriones “sobrantes” pueden ser congelados y tener cuatros destinos posibles: su utilización para la propia mujer en caso de fallo del ciclo anterior, la donación con fines reproductivos, la donación con fines de investigación o el cese de su conservación sin otra utilización. Junto a esto, la ley contempla dos tipos de registro: el registro de donantes de gametos y preembriones con fines de reproducción humana y el registro de actividad de los centros de reproducción asistida.
¿Qué sabemos de la congelación de óvulos?
Aunque comienza a ser más popular, aún sigue faltando información suficiente entre el colectivo femenino para acceder a este tipo de tratamiento en el que, tal y como comenta el doctor Enrique Pérez de la Blanca, “es una forma de guardar un proyecto de futuro”. En 2010 comenzaron en Quirónsalud a poner en marcha esta técnica y a día de hoy ya han nacido dos bebés que provienen de la primeras hornadas de ovocitos congelados. Por la consulta pasan cada año una media de 35 mujeres.
Si nos ceñimos a aspectos tecnológicos, el paso de los años es beneficioso para la aplicación de las técnicas. Cuentan desde Quirónsalud como ahora disponen de una incubadora de ovocitos time lapse, que funciona con un circuito cerrado de televisión, lo cual les permite visualizar la maduración de los ovocitos sin necesidad de extraerlos de este soporte, lo que favo
rece su mejor evolución. Entre los 30 y los 32 años, suele ser la edad recomendada para realizar el tratamiento de vitrificación. Sin embargo, lo habitual es que sean mujeres que se acercan a más a la cuarentena las que acceden al mismo.
El poder adquisitivo suele ser una de las causas del acceso tardío. Un ciclo de tratamiento tiene un coste de unos 3.500 euros, de los cuales 1.000 son costes derivados de los medicamentos que se usan para la estimulación hormonal. En 15 días, las mujeres que se someten al tratamiento reciben estimulación ovárica y pasan exhaustivos controles hasta llegar al momento de la extracción, que cuenta con una leve sedación. Posteriormente, cada año se abona una cuota por el almacenaje y conservación de los ovocitos. La media de extracción suele ser de entre 12 a 15 ovocitos.
Riesgos de partos gemelares
Todavía existen algunos falsos mitos en torno a la congelación de óvulos. El riesgo de partos gemelares ha sido objeto de numerosas conversaciones coloquiales, noticias en televisión… El jefe de la Unidad de Reproducción Asistida de Quirónsalud en Málaga es contundente en esta respuesta. “Quién no quiera tener un parto gemelar, no lo tendrá”. La vitrificación y las fases hasta llegar a la extracción son un proceso totalmente controlado, en el que los embriólogos pueden incluso ver la evolución de los folículos, su grado de maduración y detectar cuáles tendrían mayores índices de eficacia.
Aseguran que dados los riesgos que conllevan de por sí los partos gemelares y la edad avanzada de las pacientes, los profesionales no recomiendan la inyección de varios óvulos. “La urgencia y el miedo a fracasar lleva a muchas pacientes a probar con más de un óvulo, lo que podría derivar en que finalmente sean varios los que logren convertirse en embriones”, explica Enrique Pérez de la Blanca. Para terminar de despejar dudas sobre este mito, desde Quirónsalud nos aclaran que la inseminación intrauterina es lo que sí aumenta las posibilidades de tener partos gemelares, puesto que es un proceso no controlado por el especialista.
Consejos y tasa de éxito
Dejando de lado el aspecto más social de la congelación de óvulos, el tratamiento es capaz de devolver muchas sonrisas. Especialmente a aquellas mujeres que tienen que someterse a tratamientos oncológicos o a aquellas que tienen una baja reserva ovárica. Estaríamos ante una forma de preservar la fertilidad. Con respecto a su tasa de éxito, la edad de la mujer en el momento de la vitrificación de ovocitos influye en la eficacia del tratamiento. Lo ideal es hacerla antes de los 35 años. En mujeres menores de esa edad, la tasa de embarazo con ovocitos desvitrificados está entre un 45-55%.
Términos
Si es la primera vez que entras en contacto con toda la terminología que rodea a la reproducción asistida, es necesario seguir aclarando algunos conceptos más. La Fecundación in Vitro (FIV) es una técnica enfocada a lograr la unión del óvulo con el espermatozoide en el laboratorio para obtener embriones que puedan transferirse al útero materno. La fecundación de los óvulos puede llevarse a cabo mediante técnica de FIV convencional o Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI).
Por su parte, la Inseminación Artificial consiste en colocar en el interior del útero de la mujer una muestra seleccionada de semen, con el fin de incrementar el potencial de los espermatozoides y las posibilidades de fecundación del óvulo. Para aumentar las posibilidades de embarazo se estimulan hormonalmente los ovarios y se controla la ovulación para saber cuál es el mejor momento para hacer la inseminación.
Quirónsalud también cuenta con tratamiento de ovodonación, que es una técnica de reproducción asistida en la que el gameto femenino (ovocito) es aportado por una mujer donante para ser implantado en una mujer receptora que desea ser madre. En estos casos la edad de la donante baja. Solo se permiten menores de 35 años.
Esta entrevista forma parte del último número de la revista Ciudad con Alma, que puedes ver a continuación: