Paseamos por el Acueducto de San Telmo
La edificación es una de las grandes obras de ingeniería hidráulica del siglo XVIII en España. Ubicado en el distrito Ciudad Jardín de Málaga, permitió llevar agua de Guadalmedina hasta la ciudad a través de sus 10,8km de longitud.
33 puentes, 30 acueductos y varias arcas componen esta sorprendente construcción, diseñada por el arquitecto José Martín Aldehuela a petición del obispo José de Molina Lario y Navarro. Las obras duraron desde octubre de 1782 hasta septiembre de 1784 y fue el propio Carlos III, “el mejor alcalde de Madrid”, el que aprobó el proyecto gracias a la mediación del conde de Floridablanca. En la actualidad, el acueducto es propiedad de la Fundación Benéfica Caudal y Acueducto de San Telmo.
Tantos esfuerzos pretendían canalizar el caudal del río Guadalmedina para acabar con el desabastecimiento de agua que sufría la ciudad. El incremento de la población, el aumento de la actividad comercial y la necesidad de garantizar la salud pública fueron algunos de los motivos para iniciar unas obras que ya se habían planteado dos mil años antes, en la Malaca romana.
La financiación de esta gran obra la resume Pedro José Davó Díaz en su libro El Acueducto de San Telmo: “En síntesis apreciamos tres puntos de financiación que hicieron posible el desarrollo de la obra: la del obispo como promotor e iniciador; en segundo lugar la del espolio de su mitra y en tercero la del Consulado”. Y es que el mencionado Molina Lario, junto con Sánchez Molina y Vicente y Monzón fueron los artífices económicos y administrativos de todo el proyecto.
El comienzo de esta edificación se encuentra en las inmediaciones del Molino del Inca, una construcción también del siglo XVIII, que toma del agua del río Guadalmedina, a 800m de distancia y dispuesto de forma que el agua pudiese llegar a sus distintos puntos de destino en caída por gravedad. Se realizó ahí mismo una presa, a la altura del actual viaducto número 4 de la N331, por encima del Pantano del Agujero. La presa atraviesa diagonalmente el cauce del río y por su costado izquierdo, según descienden las aguas, se encuentra la entrada al acueducto.
¿Una curiosidad? Por encima de esta presa se sacó todo el sedimento del río en un tramo de 50 metros y se llenó de piedra sin labrar y sin mezcla, para que se filtrase el agua hacia la pared de la presa y se dirigiese a la entrada del acueducto. A esta técnica se le conoce con el nombre de «empalomado».
A partir de la entrada de agua empiezan los 10.800 metros de trazado, con un desnivel que varía a lo largo del mismo según los cambios en la topografía.
Paseando por el Acueducto de San Telmo se distinguen dos tramos diferenciados: el rural y el urbano. El primero está constituido por puentes tan emblemáticos como el de Arrollo Aceiteros, el de Cinco Ojos, o el puente de Arroyo Quintana. Este último fue renovado por el Ayuntamiento de Málaga en 2008, debido a que se trata de la estructura más emblemática de su trazado. ¿Sabíais que esta parte del acueducto continúa funcionando? Aún sigue suministrando agua para el regadío, en cambio los canales del segundo tramo, los que se adentran en la urbe, han pasado en su mayoría a formar parte de un recuerdo.
Dentro de la ciudad, muchos de los trazados de los canales han desaparecido, ahogados en cemento por las edificaciones modernas o encerrados dentro de viviendas y fincas privadas, pero aún se pueden observar marcas de su trayecto, trazos de historia, en barriadas como Ciudad Jardín o Parque del Sur.
Tal es la relevancia de este acueducto de casi once kilómetros de largo que cuenta con su propia asociación. La Asociación de Amigos del Acueducto de San Telmo se preocupa por su restauración, puesta en uso e integración en el medio rural y urbano, así como por el estudio y divulgación de este bien de interés cultural, y colabora en la protección de su patrimonio documental y archivístico para que Málaga no pierda nunca la memoria.
¿Y vosotros? ¿Habéis visitado algún punto de esta emblemática edificación? Si la respuesta es que sí, nos encantaría que lo compartieseis con nosotros. Y si aún no os habéis acercado a conocer este fragmento de nuestra historia, os animamos a que muy pronto lo hagáis.
Autora del artículo: Ana Eva Jiménez
Como construcción es una pasada
Es que eso en su día fue una señora obra
El acueducto es una joya de la ingeniería
Que se han creído, nosotros también tenemos nuestro acueducto….jejeje
Ese es mi barrio Ciudad Jardín!!!! 🙂 🙂
Será una maravilla de la arquitectura y de la ingeniería del siglo XVIII, pero está totalmente abandonado, cayéndose a pedazos poco a poco, sin que nadie haga nada por remediarlo. Una obra de semejante calibre debería estar restaurada y enseñada a los malagueños y foráneos con orgullo y no que está hecha un asco. En fin, muy típico de Málaga.