“Málaga Mágica” hoy entrevistamos a José Arcario
Málaga tiene magia, es evidente, magia en sus calles, en sus playas y montañas, magia en sus paisajes y en sus pueblos con encanto, magia en el ambiente y en la luz que nos calienta, magia escrita en libros y dibujada en pinturas, magia en sus gentes… y aquí queremos hacer un inciso, somos cuna de grandes artistas, en todos los ámbitos, pero tenemos a grandes magos/ilusionista, que en muchas ocasiones son los grandes desconocidos, pero a la vez, son los que nos hacen soñar y con ellos viajamos a otros mundos, y hoy, queremos darles el reconocimiento que merecen.
Me encuentro sentada frente a José Arcario – Ilusionista, un chico que en un primer momento se me antoja demasiado joven para toda la trayectoria que tiene, pero será otro truco de magos, porque ya ha pasado la barrera de los 30 (pero esto lo digo bajito porque es un secreto…). Como complemento, algunos llevan buenos relojes, cinturones de marca, colgantes de la suerte, pero José nos confiesa, primero que no es supersticioso y, segundo, que su mejor complemento inseparable, es una o dos barajas de cartas.
Ganador del 3er Premio Nacional de Micromagia, 2º Premio de Valongo (Portugal) y el 3er Premio Nacional de Francia en Micromagia, entre otros… tiene los pies en el suelo y la magia fluye por cada poro de su piel. Le gusta sonreír y hablar (sobre todo hablar…), es pragmático y simpático, engancha, y es que todo lo que dice te envuelve, es como si tuviera… magia, vaya, creo que eso ya lo he dicho antes, pero es que, en la redacción, nos tiene a todos atentos a lo que cuenta, explica cómo hay magos que se dedican a estudiar los orígenes de la magia desde un punto de vista antropológico, aunque para él, la magia, es una forma de dar felicidad, emoción, mostrar imposibles, que es en definitiva, lo que le gusta a la gente, así que lo resume en, “lo que me gusta es dar felicidad”.
Arcario, nos cuenta que, poéticamente, le gustaría decir que el ilusionista nace, pero la realidad, es que se hace. Y hablando de tiempo, nos cuenta que le dedica a ensayar “menos horas de las que quisiera y más de las que debería”, para que todo salga bien encima del escenario, pero puntualiza que lo hace con pasión, que para él no es un esfuerzo, aunque confiesa que también se toma sus días libres (bien merecidos por otra parte).
También nos explica que cree saber cuándo empezó su pasión por la magia, allá por los tiempos en los que Juan Tamariz estaba en su pleno esplendor, pero, no fue este quien le engancho al ilusionismo, si no, un señor del cual no recuerda el nombre, pero sí el juego que hacía con su baraja de cartas, un juego que se llama El Triunfo y consiste en que se mezclan las cartas cara arriba y cara abajo, se chasquea con los dedos y, toda la baraja vuelve a estar en el mismo sentido en el acto. “Nada más verlo, sí que recuerdo que le pedí a mi madre 20 duros, me fui a los nostálgicos y añorados Todo a 100 y, compré dos barajas. Empecé a jugar con las cartas, no me salía aquello, evidentemente, hasta que, no sé si fue unos días después conseguí una solución, ahí tenía yo 7 añitos y yo creo que, como siempre he sido muy curioso, muy de bichear, creo que ahí fue donde empecé a engancharme. Mira, hay una forma secreta que yo he hecho para poder hacer que esto salga, era muy burda y esa baraja podría estar en mi casa guardada” nos relata Arcario con la cara de ilusión que imagino debería tener también a los 7 años mientras vivía su primera experiencia con la magia. Pero también hay un libro que recuerda con especial cariño, El gran manual de trucos y magia, el cual se sabe de memoria. Y como guinda del pastel, nos habla de la persona que le aportó la disciplina en este mundo la magia, hablamos de Ángel Azar, que en ese momento era el Presidente del Círculo de Ilusionistas Malagueños.
Entre risas nos dice que “está claro que los que nos dedicamos a esto no es por dinero, es una cuestión totalmente vocacional”. Después de esta respuesta, no me queda otra más que preguntarle qué es lo que haría si tuviera magia y, su respuesta es maravillosa, “soy un poco utópico en ese aspecto, haría que la gente se pudiera dedicar a lo que le hace feliz… la felicidad por encima de todo”, es su manera de explicarnos que así no habría tanta gente frustrada y la alegría se respiraría por la calles, es un buen deseo que nos apuntamos sin dudarlo.
Se le nota que es un apasionado de lo que hace, que lo de ser ilusionista lo lleva dentro y, nos relata que sigue sintiendo nervios antes de salir al escenario, pero unos nervios que se parecen a las mariposas en el estómago, como si estuviera enamorado de la magia, porque tal y como nos cuenta, si fueran nervios en exceso, podrían hacerle cometer fallos o no comunicar lo que pretende al público y eso, no se lo puede permitir. También nos dice que le gustaría poder vivir de la magia toda su vida porque es lo que le hace feliz y así se refleja en sus ojos.
Estoy ansiosa por pedirle una anécdota, todos los artistas tienen alguna, pero si a eso le sumamos que es ilusionista, imagino que la historia no tendrá desperdicio. Arcario nos explica, que lo típico en su casa, era que cuando venían amigos de sus padres, le llamaban para que hiciera algún juego de magia, ese día había ido una compañera del trabajo de la madre, y José estaba cansado, no le apetecía demasiado, así que pensó que haría un juego de los que entre magos llaman “matadores”, traducción: “te voy a partir el cerebro y me vuelvo al cuarto”. Se trataba de un juego en el que ella mezclaba la baraja, repartía las cartas en dos montones y después de haber mezclado y haber repartido como ella quería en un lado quedaban las rojas y en el otro las negras. La puesta en escena que él le dio, era decirle que eso dependía de su intuición, cuando acabó el juego, la chica se lo quedó mirando con una cara de pocker y le preguntó, “¿eso lo he hecho yo?”, y Arcario, muy metido en su papel de ilusionista le dijo “hombre claro, no voy a ser yo, tú has mezclado, has repartido, lo has hecho tú, yo no he tocado la baraja”, y ahí quedó la cosa, aunque confiesa que la chica tenía cara de estar “flipando”. A los pocos días, la madre de José, le contó que la chica a la que le había hecho el juego dejó el trabajo, decía que se dio cuenta que tenía como poderes gracias al juego que le mostró la intuición que poseía. En este momento, estamos todos con la boca tan abierta como los ojos, los juegos de magia también se conocen como TRUCOS de magia, por algo será…
Finalizamos esta entrevista con una gran frase de José Arcario “La magia es un imposible que hay que resolver”.
Podéis contactar con José accediendo a su web: www.josearcario.com
Autora de la entrevista: Sara Gili
Que arte con los trucos!!
Este chico es un crack…
Bravo por esa nueva savia de ilusionistas malagueños
Málaga es una cuna de talentos 🙂 🙂