Málaga es leyenda: La historia del Cortijo Jurado

Las leyendas son parte de la historia de los sitios. Historias que se transmiten de una generación a otra sobre hechos imprecisos pero que dejan a todo el que las oye maravillado, por lo que se siguen propagando en el tiempo, haciéndose inmortales y evolucionando a medida que pasan los años. En Málaga tenemos muchas, en cada pueblo, en cada ciudad, hay al menos una leyenda, una historia de miedo o un misterio sin resolver que nos ha contado nuestro abuelo de pequeños y que ahora estamos nosotros contándosela a nuestros hijos. De la que vamos a hablar hoy es de una leyenda que lleva acompañando a Málaga durante, aproximadamente, dos siglos, y de la que apenas se ha podido comprobar nada, aunque hay testimonios, videos, audios y fotos espeluznantes por todos lados.

Hablamos del Cortijo Jurado, ese caserón situado a las afueras de Campanillas que a todos hace que se nos ericen los vellos cada vez que pasamos por su lado. Las historias son muchas, pero toda esta “actividad paranormal” tiene un origen, una leyenda original proveniente del siglo XIX.

Sus primeros dueños fueron la familia Heredia, muy reconocida en Málaga por su importancia en la industria, el comercio y la economía de la ciudad. Se desconoce la fecha de construcción, pues nunca se encontraron los permisos pertinentes para levantar semejante mansión, sin embargo, los estudios aproximan la fecha sobre el 1830. Un edificio de tal magnitud que estaba dividido en dos partes, la zona para la familia Heredia, y la casa agrícola, donde vivían los campesinos y se guardaban todas las cosas necesarias para el trabajo del campo.

A finales del siglo XIX cinco jóvenes de entre 18 y 20 años desaparecieron en Málaga. A los días, se cuenta que estas niñas aparecieron asesinadas a las orillas de un río cercano a la propiedad de los Heredia. Tras las autopsias, supuestamente se determinó que las chicas habían sido torturadas y probablemente habían formado parte de ritos satánicos. Inmediatamente se señaló a los Heredia como culpables de estas muertes, salpicando también a los Larios por sus estrechas relaciones y por la cercanía del cortijo Colmenares, donde estos se alojaban esporádicamente.

Toda esta historia se sostenía vagamente, pues nunca se pudo demostrar la relación de estas familias con los asesinatos. Sin embargo, décadas más tarde una nueva leyenda se disparó, complementando a esta primera historia y haciéndola aún más misteriosa. Los Heredia habrían podido dejar los cadáveres en el río sin ser vistos gracias a unos pasadizos secretos que surgían del cortijo.

Esta parte de la leyenda surgió a raíz del testimonio de un vecino de la zona llamado Manuel Martín, quien retado por sus amigos se aventuró a colarse en el cortijo. El muchacho, de unos veinte años de edad por aquel entonces, entró por la parte trasera de la edificación, cayendo por error en un pozo que le llevaría a una caverna desde la que aseguraba que surgían decenas de túneles de kilómetros de extensión. Estos túneles, según contó Manuel a sus amigos, llevarían a diferentes habitaciones con máquinas de tortura, así como conectaban con el cortijo de los Larios.

La gente, muchos años más tarde, animada por esta misteriosa leyenda, acudió al cortijo con picos y palas, dispuestos a encontrar los famosos túneles de los que todos hablaban. Pero nadie fue capaz de dar con ellos, y a día de hoy sigue sin confirmarse ni desmentirse la historia.

Poco a poco la historia fue olvidada, al menos durante un tiempo. El caserón fue pasando por diferentes dueños durante años, primero pasó a los Larios, tras quedar la familia Heredia casi arruinada. Después a los Quesada, y en 1975 fue vendida a la familia Vega Jurado, de quienes adoptó el nombre por el que lo conocemos actualmente. Más tarde, el edificio quedaría abandonado hasta el año 2002, cuando se intentó recuperar para convertirlo en un hotel de lujo por el Grupo Mirador. El proyecto fracasó y en 2014 otra empresa volvió a intentarlo, quedando abandonado de nuevo hasta la actualidad.

No se sabe muy bien por qué estos últimos proyectos fracasaron, pero la leyenda resurgió de sus cenizas cuando otra historia apareció: el descubrimiento de unos manuscritos que decían “La pesadilla viene. Todos morirán”. Supuestamente el miedo hizo que el primer proyecto se cancelase, y son muchas las personas que afirman haber comprobado la existencia de actividad paranormal en el lugar.

Y es que, este edificio histórico tan imponente, acompañado de una leyenda aun por corroborar, ha hecho que muchos médiums e investigadores paranormales acudan para comprobar la existencia de fenómenos paranormales. Actualmente existen muchos archivos que “corroboran” los testimonios de estas personas, pues presentan psicofonías e imágenes aterradoras del lugar. Sin embargo, esto ya depende de cada uno el creer si esto es o no cierto.

La leyenda original, esa que cuenta que los Heredia y los Larios secuestraban niñas para torturarlas o hacer rituales satánicos, sigue estando presente. Pues algunos de los fantasmas han llegado a afirmar ser víctimas de estas personas y de seguir enterrados en el enclave del Cortijo Jurado. Los túneles siguen sin aparecer, a pesar de que el terreno de alrededor se ha ido modificando con el paso de los años, jamás nadie dio con una respuesta.

Sin duda, lo que hace más interesante esta historia es el poder creer o no en ella, el que no se sepa la verdad, pero exista una posibilidad de que sea cierta. Creamos o no en el más allá, este tipo de historias siempre nos encandila, haciendo que se mantengan vivas durante siglos y que cada día haya alguien dispuesto a visitar el Cortijo Jurado en busca de la verdad. Y vosotros, ¿conocíais esta historia? ¿Habéis ido a visitar este lugar buscando fantasmas e historias increíbles?

Autora del reportaje: Noelia Ruiz