Lo que nunca te dijeron de hablar en público
Tanto si estudias como si trabajas; en tu vida privada o en la profesional, seguro que te has enfrentado, en algún momento, a la necesidad de hablar en público. Y salvo raras excepciones, no lo has pasado bien.
Hay quien con solo pensarlo se siente morir. Y hay -los menos- a quienes les divierte. Pero en ambos casos, salvo la rara excepción de quien ha dedicado tiempo e interés a aprender comunicación, ambos lo hacen fatal.
Porque comunicar bien o mal no se mide por cómo de bien o mal te sientes tu. Comunicar bien o mal en público depende de cómo se siente el que escucha, el público.
Interesante, ¿verdad? Pues sí. Vamos a ver la realidad desde el otro lado, un lado en el que seguro has estado muchas veces. Tal vez, desde ahí, logre que comprendas y aceptes por qué necesitas entrenar tu comunicación.
Así que desde ahora mismo quiero que te sitúes mentalmente en una silla, en una sala, entre otras tantas personas. Vas a estar 1-5, 20-30 minutos, 1-2 horas escuchando a alguien. ¿Qué te gustaría que ocurriera? La respuesta a esta pregunta son las claves de una buena presentación o exposición en público.
Si le preguntas a alguien -o te preguntas a ti mismo- la respuesta a esa pregunta es: NO ME QUIERO ABURRIR. El aburrimiento es la base del fracaso de toda presentación. Y es muy interesante porque no todas las personas se aburren en el mismo momento ni por los mismos motivos.
Vamos a dedicar este artículo a luchar contra el aburrimiento del público en las exposiciones y presentaciones.
Dos son los elementos clave para que el público no se aburra: “decir cosas interesantes” y “decirlas de forma atractiva”
- Interesante para el público, obviamente. Cuando vayas a presentar algo (a ti mismo si es una entrevista; tu empresa, tu negocio o un producto, por poner algún ejemplo), piensa siempre qué quiere escuchar el público. Por qué están ahí, escuchándote. Qué quieres que recuerden cuando pasen 2 días o 2 semanas.
Por ejemplo, a ti -recuerda que eres público- te gusta comprar. Pero no te gusta que te “vendan”. A los demás les ocurre lo mismo.
- De forma atractiva. Aquí podemos hablar de muchas cosas, pero sobre todo, te voy a recordar algunos errores muy frecuentes.
decir cosas interesantes: PONGAMOS FOCO EN EL QUÉ DECIMOS, EL CONTENIDO.
Si te pregunto por lo que estabas haciendo el día 11 de julio de 2010 tal vez no te acuerdes. Pero si te pregunto que hacías cuando la Selección Española ganó el mundial, responderás de inmediato.
Nuestra memoria es limitada y selectiva. Le cuesta trabajo retener datos, información aséptica. Pero es capaz de retener de por vida una imagen, una sensación, una historia. El pegamento de la memoria son las emociones. Sea una clase de física cuántica, sea la presentación de un producto o servicio, o sea la presentación de tu proyecto profesional, no olvides CONTAR HISTORIAS.
Historia es un buen ejemplo que ayude a comprender un concepto abstracto o complejo. Historias son vivencias compartidas. Historias son cuentos simulados y por tanto ficciones. Historias son personajes que interactúan, emociones que contagian; universos o escenarios que sacan al público de su confortable asiento y los mueven por dentro. Y, por encima de todo, “historia” es una construcción argumental fácil de recordar y repetir.
Con frecuencia me dicen “yo no sé historias”. Puedes usar historias de otros, pero la mejor fuente para construir la mejor historia es tu experiencia vital. Única e irrepetible. Y mucho más interesante de lo que crees. Como público, te gusta escuchar situaciones con las que te identificas. Es posible que logres conmoverte con historias muy impactantes pero tal vez sientes que tú eres una persona normal. No es necesario haber sufrido una grave enfermedad, o haber subido al Everest para tener una historia que contar. La mayor parte del público es gente ordinaria, con vidas cotidianas. Lo que convierte tu vida en una historia es compartirla de forma extra-ordinaria.
digas lo que digas que sea atractivo. SOBRE LA FORMA DE CONTARLO
En el mundo de la comunicación profesional el abanico de opciones y herramientas es amplísimo. Pero tú, público, que sabes que quien está comunicando no es un profesional, no esperas grandes efectos especiales. Por tanto, recuerda que el público no espera un gran montaje audiovisual; o una escenificación compleja. Una presentación atractiva empieza por ser equilibrada y moderada.
Tienes herramientas poderosas que con frecuencia olvidas para poner tu atención en otras que no usas correctamente y te pueden jugar malas pasadas. Vamos a olvidar por un momento las tecnologías, y vamos a usar nuestros super-poderes:
1: LA ORALIDAD. La palabra hablada.
La comunicación oral es una facultad humana que no cuidamos como deberíamos. Repasemos sus elementos clave.
La sonoridad: cuando oyes a alguien hablar eres capaz de identificar dónde ha crecido y aprendido (normalmente se corresponde con dónde ha nacido, pero no necesariamente). TODOS los territorios para todos los idiomas tienen acento. Es una riqueza que nos identifica, nos ubica, forma parte de nosotros. Pero en todos los idiomas y con todos los acentos se habla bien y mal. El público no espera de ti que cambies tu acento. Lo que espera es entender lo que dices. Y esto tiene más que ver con la pronunciación, con la vocalización que con tu acento. ¿Sabías que leer trabalenguas en voz alta es una forma fácil de mejorar tu pronunciación?
El ritmo: si al más grande de los tenistas, Rafa Nadal, le mandas desde el otro lado de la pista 100 pelotas por segundo, ten la total seguridad que te devolverá menos de un 10%. Cuando estás sentado y alguien te habla rápido, sin inflexión en la voz, y tú estás ahí, recibiendo sonidos de forma constante y continua te sientes atropellado y terminas por desconectar. Tu cerebro necesita un tiempo para recibir el sonido por el oído y procesarlo a mental.
Manda las ideas-mensajes de uno en uno. Elabora las palabras con sonidos y sonoridad agradables. Sonido: la pronunciación. Sonoridad: la entonación, la emoción. Y respira. Deja silencios para que el cerebro del público pueda procesar lo que recibe por los oidos. Comprueba el efecto y nunca más serás un/a charlatán para convertirte en un/a auténtico/a comunicador/a.
Un elemento clave para que hablar en público resulte positivo es cuidar el instrumento. No necesitas ser un atleta de élite para cuidar tu cuerpo. De la misma manera, no necesitas ser un orador profesional o un cantante para adquirir hábitos saludables en el cuidado de la voz. Cada persona tiene su voz con un tono, un timbre. Aprende a convertirla en un sonido agradable. Aprende a modular el volumen sin gritar. Como cuidas tu piel o tu cabello, y lo haces de forma cotidiana, la salud de tu voz debe formar parte de tus hábitos diarios. ¿Sabías que hacer gárgaras con agua templada cada mañana tras la hygiene buccal te aydará en el cuidado de tu garganta?
Por último, siempre que sea posible, usa instrumentos que facilitan la escucha al público. Me refiero al micrófono. Todos los días asisto a alguna exposición en la que el orador renuncia al micrófono que le ofrecen. Aunque sea una exposición breve. Usa el micrófono.
Como público sabes que las personas inexpertas tienden a bajar la voz cuando se levantan para hablar en público. Es un efecto condicionado del mal llamado miedo escénico. La acústica de la mayoría de los espacios no ayuda. Y si no oyes, dejas de atender. Y si no atiendes, desconectas. Por tanto, ayuda a tu público facilitándole su atención con un sonido bien elaborado -depende de ti- y con un volumen adecuado -te ayuda el micrófono-.
2: LA GESTUALIDAD: Todo mi cuerpo comunica
¿En qué te fijas cuando alguien está haciendo su exposición? Le miras la cara, las manos, el cuerpo, los ojos. Si la persona se da la vuelta y mira a la pantalla, tú dejas de sentir interés. Si la persona hace movimientos incontrolados sientes pena porque la notas sufrir y empatizas. Si por el contrario está quieta, inmóvil, te aburre y no le prestas atención.
Como público no te es agradable ver cómo alguien hace el ridículo; tampoco lo pasas bien viendo a alguien sufrir, o cometer errores, o destrozar su imagen o la de su empresa. Es cierto que a veces el público aplaude cuando alguien comete un error para dar ánimo. Es pura empatía. La generosidad del público es grande. Pero no te confundas, eso no significa que dar pena sea una buena técnica para que el público atienda. Y cuidado. Según el esfuerzo que los asistentes hayan hecho por estar ahí, esa empatía se puede tornar en desagrado.
Usar el movimiento corporal, las manos, los ojos y los gestos es poderoso pero no es espontáneo. Cuando observas a un bailarín parece tan fácil…, y sin embargo, ¡cuántas horas de ensayo!
De igual manera que has aprendido a usar el lenguaje oral, has aprendido -incluso sin ser consciente de ello- un lenguaje corporal y gestual. Responde a elementos culturales, profesionales, e incluso familiares. La gestualidad, como casi todo lo que has adquirido sin un aprendizaje consciente, es fruto de la imitación. Y no, no es genético. Puedes aprender gestualidad, como aprendes a bailar.
La movilidad estará condicionada por el espacio desde el que hablas. Mi sugerencia es que evites hablar sentado. Sí, incluso aunque el resto de ponentes lo hagan. Levántate. Ocupa el espacio. Aprende a adornar tu mensaje con tu movilidad y gestualidad. Cada mensaje, en cada escenario, necesita o mejora con una movilidad distinta. Como cada música se baila de una forma diferente.
¿Y el power point?
Los medios audiovisuales son siempre un añadido. Son una ayuda si se diseñan presentaciones audiovisuales correctas y adecuadas tanto en contenido como en formato. Sin embargo, con frecuencia se les da tanto protagonismo e importancia que se abusa de ellas hasta dejar que sustituyan al comunicador que, como mucho, se limita a leer lo que presenta la pantalla. Gran error. Aprende técnicas de presentología para saber sedudir e impactor a tu público. De nuevo, la moderación es la base de la elegancia.
Sí, lo sé. Desde esa silla, en esa sala, te has visto a ti mismo hablando en público y encuentras amplias posibilidades de mejora. Genial. La Buena noticia es que entrenar técnicas de hablar en público require un esfuerzo mínimo para un resultado exitoso que vas a utilizar tanto en tu vida personal, como académica o profesional. Y tú lo sabes bien: Aprender es la más sabia decisión de la persona sabia.
Buenos días,
Después de leer el artículo veo que si se entrena y se emplean ciertas técnicas lo de hablar en público puede tener su atractivo.
Saludos.
Hola Francisco. Lo has entendido perfectamente. Entrenar es mucho más que saber. Saber es conocimiento, importante. Entrenar es llevar el conocimiento a la acción: IMPRESCINDIBLE. Y recuerda, así como comunicas eres apreciado y valorado.
Me encantaría ayudarte en tu plan. LLámame sin compromiso y te asesoro en el camino a seguir. lambdagestion@gmail.com
Buenos días Lucía,
Muchas gracias por el ofrecimiento, lo tendré en cuenta.
Buenos días,
Lo de hablar en público es algo que pone muy nervioso, pero que con el aprendizaje y ciertas técnicas se logra superar. Lo de contar historias reales me parece muy acertado.
Hola Amalia.
A todos nos pone nerviosos hablar en público. Te diré que un poco de nervios hasta es bueno, porque te hace estar más alerta. Lo que hay que evitar es que esos nervios te bloqueen o te impidan dar tu mejor versión.
Anímate y recuerda: el secreto es entrenar y ensayar.
Lucía
Buenos días,
Nervioso es poco como uno se pone, creo que es de las peores cosas. Pero veo que como todo en esta vida si se entrena, al final uno consigue superar ese miedo.
Hola Maribel.
Como le decía a Amalia, es normal. ¿No te ponías nerviosa cuando empezaste a conducir? O la primera vez que haces una tarta (si es que te mola cocinar), o la primera vez que has hecho cualquier cosa. Pero todo lo que haces bien lo haces porque has aprendido y entrenado con constancia.
No sólo lograrás superar el miedo. Te aseguro que con mi método podrás conseguir DISFRUTAR hablando en público.
Lucia
Buenas tardes,
Me ha parecido un artículo muy interesante y con unas buenas técnicas de como salir airoso para hacer una exposición pública, cosa por otro lado nada fácil.
Saludos.
Gracias Cristóbal.
Espero que las uses y nos cuentes cómo te va. Nuestro eslogan es que «Hablar en Público es Fácil…..» si se aprende. Así que anímate. Tú, como todo el que se lo proponga, puede conseguir ser hablar en público disfrutando y con profesionalidad.
Lucía
Buenas tardes,
Plantarse de cara a un público y hablar se puede convertir en un mal trago, yo sería incapaz. Pero si se entrenan y combinan las acciones que se describen en el artículo, pienso que ese miedo o mal trago, se puede superar.
Hola Cristina.
Créeme: tú eres capaz de hablar en público. Como eres capaz de hacer y hacer bien, lo que te has propuesto. Lo importante es recordar que no es «natural». Implica entrenamiento, aprender y practicar. No se te ocurriría coger un coche y conducir sin saber hacerlo. Igualmente, la experiencia de hablar en público resulta incómoda cuando no se sabe qué y cómo hacer.
Anímate a practicar con técnica y descubre que sí, que eres capaz.
Lucía
Buenas tardes,
Lo de hablar en público desde luego no es fácil, pero como le explica Lucía a Maribel, acaso no nos hemos puesto nervioso en otras circunstancias cuando era la primera vez. Leyendo el artículo puedo sacar en claro, que una de las cosas fundamentales es contar historias, ya que si son vivencias por ejemplo, es algo que nos ha pasado y eso lo podemos expresar de manera más natural y por tanto, el trago puede ser menor. Gran artículo Lucía.
Saludos