Liderazgo transformacional. Empresas con alma
Se escribe mucho sobre liderazgo y menos acerca del liderazgo transformacional. La transformación está presente en nuestra vida desde que nacemos. El cambio, la evolución; la transformación, es una parte esencial de cualquier ser vivo.
¿Por qué nos cuesta tanto cambiar al hacernos mayores? El líder transformacional conecta con las personas, a la vez que incide en la parte más interesante del cambio. Y lo hace de manera natural. Esta es una forma innata y muy potente de conectar con las demás personas. Sin conexión no hay transformación.
Líder transformacional
El líder transformacional llega hasta el alma de las personas, pero… ¿dónde reside el alma? La ciencia no lo ha descubierto todavía, aunque se ha constatado que cuando una persona deja este mundo pierde, inexplicablemente, veintiún gramos. Otro sinónimo muy utilizado es el espíritu. Una vez introducido el concepto de peso y alma intentaré relacionarlo con el mundo de la empresa.
Desde el equipo de Ventas Híbridas observamos muchos fenómenos de lavado de valores; de postureo mercadotécnico y de marketing hueco. Se denominan como “Green Washing” cuando se refiere al medio ambiente, y en el equipo hemos denominado “Brand Washing” al lavado de marca consistente en añadir elementos tipo Frankenstein que no se los cree nadie. De cara a la galería son empresas que se venden muy bien, pero de puertas para adentro conoces casos que no cuadran en absoluto con lo que comunican.
Esto nos lleva a la siguiente discusión. ¿Qué es lo que hace que una empresa sea humana? Es una pregunta muy compleja que daría para más de un artículo, pero la abordaré desde una aproximación: la conectividad.
Líder transformador
El psiquiatra George E. Vaillant realizó el estudio longitudinal más largo de la historia (más de setenta años). Preguntó a alumnos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard cuando tenían veinte años sobre qué era lo más importante en la vida para ellos. Repitió la pregunta posteriormente cuando eran ya nonagenarios. Su respuesta fue:
“Haber encontrado el amor”
En el año 2006 y en la misma universidad un psicólogo llamado Shawn Achor les hizo la misma pregunta a sus alumnos y estos respondieron:
“Lo más importante en nuestras vidas es relacionarnos con los demás”
Estos estudios fueron refrendados por otro psicólogo. Marcial Losada. Estudió, junto al tecnológico de Massachusets, a equipos de empresas de más de dos mil personas. Lo que distingue a los equipos de alto rendimiento de los de bajo es el grado de conectividad entre ellos.
Un líder transformador comprende que las empresas están compuestas por seres humanos. Hemos nacido para conectar. No me refiero a la conexión digital que todos conocemos, sino a la conexión humana más potente, verdadera y más duradera: la presencial.
Conexiones auténticas
El ser humano está diseñado anatómicamente para relacionarse con sus congéneres. Diferentes estructuras tienen su razón de ser desde su interconexión con el prójimo. En la era de las comunicaciones digitales; en una época en la que parece que estamos empeñados en anular la parte que nos hace humanos y aporta sentido a nuestras vidas, es cuando más hincapié tenemos que hacer en recuperar el alma humana de las empresas. Su alma es la multiplicación de las que poseen las personas que la integran.
Para que una empresa sea auténtica debe apoyarse en las personas; debe nutrirse del espíritu de sus integrantes y debe trabajar mucho para conseguirlo. Una empresa con personalidad se percibe de lejos, mientras que una falsa se huele a leguas. Su hedor marea.
Vivimos en la era del ruido; en una en la que hablamos y no escuchamos; en una en la que el importante es el YO en lugar de el TÜ; el mercado es muy parecido y los productos iguales. La ultracompetividad marca las estrategias de las empresas y consigue que se olviden de su activo más importante: las personas.
No hay liderazgo sin personas
Para conseguir que una empresa sea sostenible se deben trabajar varios campos: ventas, marketing, branding y personas. Y lo más difícil todavía: integrarlo todo. Para poder competir con garantías tenemos un elemento diferenciador que no empleamos. No somos lo que nosotros decimos, sino lo que el mercado dice de nosotros. Si queremos que nos recuerden,
si pretendemos que el tiempo no nos degaste no tenemos otro remedio que ser auténticos. Invertir en las personas conducirá a empresas con alma. Hacerlo repercutirá en la sociedad de la que todos somos integrantes. Si algo nos ha enseñado la pandemia es lo conectados que estamos y la influencia que nuestros actos tienen sobre la vida de los demás.
Siente diferente, ama más y que tu marketing, tus ventas y tu branding, sean más humanos. Pregúntate cuál es el porcentaje de humanización de tus procesos y tus comunicaciones, tanto a nivel interno, como a nivel externo.
La mejor forma de despedir este post es con una gran frase de mi admirado Cosimo Chiesa:
“Para fidelizar clientes, antes tengo que fidelizar trabajadores”
Iosu Lázcoz Iso Albert Ramos Catalán
Co Founder Ventas Híbridas Co Founder Ventas Híbridas
Muy bueno el artículo y muy bueno el enfoque
Coincido con lo que se dice en el último punto, sin personas no hay nada y es que nuestra parte humana es el mejor bien intangible que tenemos
Cómo se dice en una parte del artículo, el alma de la empresa es fundamental y más en este mundo tan digital que estamos viviendo. Para mi, sin calidad humana, una empresa no tiene ningún valor
El activo más importante que tienen las empresas son las personas y ese es uno de los pilares donde deben sustentarse
Las empresas necesitan humanizarse más