La celulitis
Una de las principales preocupaciones que tenemos la mayoría de mujeres cuando se acerca el verano es combatir la celulitis y, en menor medida, la flacidez.
Antes de empezar a tratar las soluciones a ambos problemas, creo que es esencial que entendamos en que consisten la celulitis y la flacidez, por qué se producen y los tipos que hay.
Esto nos va a permitir por una parte, reconciliarnos con nuestro cuerpo y por otra, manejar unas expectativas claras y realistas de mejora. También nos ayudará a no perdernos entre la gran cantidad de «soluciones milagrosas», que aparecen inevitablemente por estas fechas.
Un 90% de las mujeres padecemos celulitis en algún momento de nuestra vida, incluso las más delgadas o las que practican deporte de forma habitual. Por el contrario, sólo un 5% de los hombres la padecen. Esto se debe a las diferencias anatómicas y biológicas entre ambos sexos.
Nuestra piel está formada por varias capas de grasa. La más superficial, también llamada subcutánea, es la encargada de protegernos de los cambios térmicos y de los impactos.
Esta capa tiene un grosor diferente en las distintas zonas de nuestro cuerpo. En el caso de las mujeres, es más gruesa en la zona de las caderas, zona superior de los muslos e incluso abdomen. Y tiene sentido puesto que protege especialmente los órganos reproductores.
La grasa se organiza en cámaras verticales, así, cuando por un aumento de peso, cambios hormonales, sedentarismo, etc…, se produce una alteración de la circulación, estas células aumentan su tamaño y se engrosan también las paredes de las cámaras verticales dónde están situadas, tirando del tejido epidérmico y dando lugar a la aparición de la anti-estética «piel de naranja».
En el caso de los hombres esta grasa subcutánea se organiza en unidades más pequeñas y diagonales, de tal manera que no pueden acumular tanta grasa y si la acumulan no » tiran» del tejido dérmico al ser diagonales, evitando la aparición de la celulitis.
Clasificación de la celulitis
Según su tipo
Celulitis dura. Común en mujeres jóvenes. La piel es tersa y granulosa y está bien adherida al músculo.
Celulitis flácida. Tiene un tacto blando, no es dolorosa y despegada del músculo.
Celulitis edematosa. Es dura al tacto, dolorosa, y se asocia a una mala circulación.
Según el grado
Grado I. No es visible a simple vista, tenemos que apretar mucho los tejidos para que notemos algo.
Grado II. Sólo es visible cuando apretamos los tejidos y en ciertas posiciones.
Grado III. Es visible de manera permanente estando de piel, desaparece al tumbarse.
Grado IV. Es visible en cualquier posición, tanto de pie como tumbada o acostada. Puede hacerse visible incluso a través de la ropa.
Según su extensión
Celulitis localizada. Normalmente en parte posterior de muslos y cara interna de rodillas. Se da en personas normopeso, es decir, que no tienen sobrepeso.
Celulitis generalizada. Se localiza en muslos, brazos, abdomen, glúteos y en ocasiones hasta en pantorrillas. Normalmente está asociada al sobrepeso.
Toda celulitis se corresponde con una combinación de tipo, grado y extensión. Es decir, una celulitis localizada puede ser dura y de grado II, o blanda de grado III. Raramente va a ser edematosa y de grado IV. Mientras que una celulitis generalizada, suele ser siempre edematosa y de grado IV.
Tratamientos
Celulitis dura
Cuando tenemos una celulitis dura, estará provocada básicamente por una acumulación de líquidos, debido a una mala circulación o por cambios hormonales, y para combatirla, trabajaremos acelerando la circulación de la zona y mejorando su drenaje.
En casa, podemos aplicarnos cremas con activos drenantes y, masajeando adecuadamente, ayudaremos a mejorar la circulación superficial.
Como tratamientos profesionales, la presoterapia, que realiza un masaje drenante, la terapia subdérmica tipo LPG, que no solo drena, sino que además aumenta el intercambio de oxígeno en la zona donde se trabaja, la carboxiterapia y la mesoterapia, pueden darnos resultados enormemente satisfactorios y bastantes duraderos.
En estos casos los resultados suelen ser bastante rápidos y con un mantenimiento adecuado, tanto de estilo de vida como de tratamientos profesionales, nos puede permitir tener controlada la celulitis durante mucho tiempo.
Celulitis flácida
Si tenemos una celulitis flácida o blanda, es muy posible que no estemos tanto ante un problema de retención como ante un problema de flacidez de la piel.
La flacidez consiste en una pérdida de firmeza de la piel ocasionada, bien por una disminución en la producción de colágeno y elastina debido a la edad o porque sometemos a nuestra piel a grandes cambios, consecuencia de repetidos aumentos y disminuciones de peso.
En este caso, los tratamientos domiciliarios y con cremas son menos efectivos, aunque siempre es conveniente tener la piel bien hidratada, por lo que mantener una rutina de hidratación diaria es importante.
Como tratamientos profesionales, buscaremos aquellos que aceleren la fabricación de colágeno y elastina para recuperar la firmeza de la piel. Son tratamientos que provocan una reacción en nuestro organismo, obligándolo a producir estos elementos.
Así, tratamientos con radiofrecuencia bipolar o multipolar, que provocan un calentamiento de los tejidos internos acelerando la producción de fibroblastos, que son los precursores de colágeno, mejoran mucho la flacidez y por extensión la celulitis. Algunas mesoterapias, como Alidya, que cambian la ósmosis de las células, también son eficaces en este tipos de celulitis y por supuesto, la carboxiterapia, que provoca un incremento de la oxigenación e intercambio de nutrientes en la zona, ayudan mucho.
Hay que decir que este tipo de celulitis, aunque tiene buenos resultados, estos tardan más en ser visibles. Tenemos que tener en cuenta que el colágeno se produce en las capas profundas de la piel y va ascendiendo lentamente, por lo que es necesario que transcurran entre dos y tres semanas desde el inicio del tratamiento, para que los resultados sean visibles. La ventaja es que sus resultados son acumulativos, por lo incluso cuando esté terminado el tratamiento, se sigue viendo un aumento de la mejoría.
El ejercicio y una buena alimentación rica en proteínas y baja en azúcares, ayudan a conseguir una mejor adherencia al músculo y son imprescindibles en este tipo de tratamientos, acelerando los resultados y favoreciendo que se mantengan en el tiempo.
Celulitis edematosa
La celulitis edematosa, generalizada y de grado IV es la más difícil de eliminar y requiere paciencia por parte del paciente y un abordaje en diferentes campos.
Por una parte, en caso de existir un problema de sobrepeso, se hace necesario empezar con un programa de pérdida de peso.
Además, es una celulitis en muchos casos dolorosa y que se presenta acompañada de una mala circulación, así que mientras bajamos de peso debemos acompañarla con tratamientos profesionales que mejoren la circulación, tipo presoterapia y mesoterapia.
Cuando el edema empiece a mejorar, se ablande un poco la celulitis y se pierda algo de peso podemos empezar a introducir elementos que aceleran la disminución de tejido graso engrosado tipo carboxiterapia, terapias subdérmicas o similar.
Hay que decir que este tipo de celulitis nunca desaparece por completo. Conseguimos mejorar su aspecto y la calidad de vida de quien la sufre, reduciendo el dolor y la sensación de pesadez, pero nunca vamos a conseguir devolver totalmente a la piel su aspecto liso y uniforme.
Conclusión
En este tema, como en tantos otros, la prevención y el mantener un estilo de vida activo y saludable es fundamental.
Una alimentación adecuada a nuestras necesidades, un control en la ingesta de alcohol, no fumar, practicar algún deporte de manera habitual, mantener un peso estable y no abandonarnos, son fundamentales para minimizar los efectos que los cambios hormonales y el paso del tiempo, por otra parte inevitables, tienen sobre nosotros.
Así mismo, hoy en día disponemos de multitud de tratamientos médicos y estéticos que nos ayudan a reducir y mejorar la celulitis, indicados según el tipo y grado que tengamos y que se ajusten a cada caso concreto.
Para más información puedes contactarnos en:
Inmaculada Macías Martín
Directora de Clínica Línea Ideal
952 60 60 97 – 657 890 891
info@lineaideal.es
Este problema nos acompaña a todas las mujeres desde siempre, personalmente, por más que me cuide, siempre están ahí las muy puñeteras….jejeje
Así es Conchi, te hacen aburrir….jajajajajaj!!!
Le tengo un asco a la celulitis, qué pá qué…..jajajajajaja 🙂 🙂
Que mala suerte tenemos no, chicas…..esto a los chicos no les pasa, por más que coman o se excedan, la madre que los parió!!!!
Lo importante es sentirse guapa por dentro y por fuera, con o sin celulitis
Efectivamente así es Amaya, lo realmente importante es aceptarse y yo me quiero muuuuchooooooo 🙂