Guía del reciclaje: ¿Reciclas correctamente?

Bien es cierto que muchas veces nos ha dado pereza todo el tema del reciclaje, quizá porque pensamos que nos hace perder el tiempo y pensar mucho dónde tenemos que tirar cada cosa, o porque las papeleras correspondientes “nos pillan algo más lejos” que la de orgánico. En mi casa llevamos algunos años reciclando, es bueno para el planeta y, por ende, también lo es para nosotros. Pero nos dimos cuenta al tiempo que había cosas que estábamos haciendo mal o que no nos habían enseñado de forma correcta.

Por eso hoy venimos a hablar de algunos de los errores más comunes que cometemos a la hora de reciclar y de cómo debemos hacerlo correctamente. Y es que, por ejemplo, según la OMS “por cada 6 latas o botellas de plástico que reciclamos contrarrestamos la contaminación de 10 minutos de un tubo de escape”. Por lo que, aunque son pequeñas acciones, contribuimos poniendo nuestro granito de arena a parar los grandes problemas que está sufriendo nuestro planeta.

Contenedor amarillo

El plástico va al amarillo, sí, pero no todo el plástico. Es decir, tendemos a pensar que todo aquello que está fabricado en este material va dentro del contenedor amarillo, pero aquí solo van los envases de plástico, las latas y los briks.

Por ende, no podemos depositar: juguetes de plástico, biberones, chupetes, utensilios de cocina, cubos de plástico…

Pero sí podemos tirar:

• Envases metálicos: latas de conservas y bebidas, bandejas de aluminio, aerosoles, tapones metálicos de botellas y tapas de los frascos.
• Briks: de zumos, leche, vino, batidos, caldos…
• Envases de plástico: botellas de agua, refrescos y leche; productos de limpieza; geles de baño, colonias y champú; bolsas de congelados; tarrinas de mantequilla y yogures; bandejas de corcho blanco, envoltorios de plástico, bolsas de aperitivos y golosinas y las bolsas de plástico.

Contenedor azul

Aquí va el papel y el cartón, pero la composición material de algunos productos suele confundirnos, como por ejemplo el brik de leche o zumo. Su composición es mixta, tiene cartón, plástico y aluminio, y su lugar es el contenedor amarillo. O los papeles sucios, como las servilletas, su lugar es el contenedor orgánico, nunca irán al azul.

Por lo que en el azul va:

• Envases de cartón: cajas de galletas, de cereales, de zapatos, de productos congelados, hueveras de cartón…
• Todo tipo de papel: periódicos, revistas y bolsas de papel

Contenedor verde

A veces nos confunde el diferenciar vidrio de cristal, pero debemos recordar que al verde solo se tira el vidrio. Tampoco podemos tirar bombillas, los espejos, ceniceros, vasos o vajillas, todo esto irá al punto limpio.

• Envases de vidrio: cualquier botella de vidrio, los frascos de cosmética y colonia. Los tarros de mermeladas y conservas…

Recuerda que los tapones y tapas de estos tarros irán al contenedor amarillo.

Contenedor orgánico

Todos los residuos biodegradables de alimentos como cáscaras, restos de carnes, pescados, posos de café… También papeles y cartones manchados de grase o aceite, pequeños restos vegetales de flores y hojas, tapones de corcho y serrín, entre otras cosas.

Ojo, los pañales no van a este contenedor, sino al de “otros residuos”. Además, recuerda tirar la basura orgánica de los envases de plástico antes de tirarlos al contenedor amarillo.

¿Veis? Reciclar no es tan difícil como parece si nos aprendemos estos sencillos trucos. Y realmente si reciclamos estamos contribuyendo a nuestro planeta, aquí os dejamos algunas curiosidades que publicó Ecoembes que nos harán ver todo lo que conseguimos con el reciclaje:

1. Con la energía ahorrada por el material reciclado en España desde 1998 a 2018, se podría mantener una bombilla de 60w encendida durante más de 73 millones de años.
2. En 2018, gracias al reciclaje, ahorramos 20,3 millones de m3 de agua, lo que equivale al agua que bebemos los españoles durante 7 meses.
3. La fabricación de papel reciclado consume un 62% menos de energía y un 86% menos de agua que el papel nuevo

Y vosotros, ¿recicláis correctamente en casa?

Autora del artículo: Noelia Ruiz