PABLO PUYOL, ACTOR: “HAGO LO QUE ME DICTA EL CORAZÓN Y AHORA ME HA DICTADO VENIR A MÉXICO”
Pablo es ahora Emmanuel. Y vive en México. El actor malagueño que alcanzó el estrellato el día que decidió dar ‘Un paso adelante’ vuelve a sus orígenes. A los musicales. Es parte del elenco de Mentiras, una prestigiosa obra de teatro que acumula incontables éxitos desde hace ocho años sobre las tablas. Tan lejano, en la distancia física, como cercano y honesto, en reflexiones y sentimientos, Pablo Puyol se desnuda en esta entrevista hasta quedarse en el alma.
–¿Por qué te fuiste?
-Me vine por la experiencia vital además de por la gran oportunidad profesional. Es la opción personal de vivir en un país diferente y luego, obviamente, por la proyección increíble que ofrece. En España, se ruedan tres nuevas series cada año. Aquí, cincuenta o sesenta.
–El trato a los artistas en México parece diferente, ¿es así?
-En México hay como una cultura de respeto al artista mayor que en España. No deja de ser un trabajo más, pero sí que ha sido poco respetado. Yo respeto a la gente que me pone un grifo en casa, como a cualquier otra profesión. Quiero que nos respeten igual. A veces, la televisión, nos pone al mismo nivel que a personas que simplemente son famosas por otros motivos.
–Y eso que la prensa del corazón sudamericana es potente…
-Pero fíjate. Una cosa es la prensa del corazón y que participes de ella, que eres libre de hacerlo; sin embargo, el público diferencia bien entre quien es artista y quien es esposo o esposa de…
–Como actor, ¿qué te gustaría hacer?
-Me gustaría hacer un musical del nivel de Los miserables o El fantasma de la ópera. Me gustaría verme en esa tesitura y ver de qué soy capaz. Luego, en televisión y cine, me gustaría descubrir cómo se trabaja aquí. Como experiencia, un reto.
-Te apasionan los musicales. Empezaste con Grease.
-Mucho antes de eso ya estaba en el taller de teatro de la Universidad de Málaga. Ahí me picó el gusanillo y entré en la Escuela de Arte Dramático. Estuve dos años hasta que me salió trabajar con Málaga Danza Teatro y pude hacer algo en Canal Sur. Pegué el salto a Madrid con 21 años. Y a los seis o siete meses me salió el musical Grease. Y vino todo lo demás…
-Vino UPA Dance… ¿no te da rabia que no salir en la tele sea equivalente a no existir?
-Pasa mucho, pero es lógico. Cuando sales en un capítulo de cualquier serie, te pueden ver miles, millones de personas. En el teatro tienes que estar una temporada entera para que te vean ochocientas. Además, no deja tanta impronta como la televisión, que te metes en el salón de su casa.
-¿Te ha pesado Pedro, tu personaje en Un paso adelante?
-Más que pesarme, ha habido algún momento en que he hecho muchas más cosas y se han quedado con eso. Pero lo entiendo. Me hubiera gustado que la gente del medio hubiera sido capaz de verlo.
-Son las luces y sombras del mundo del espectáculo.
-Sí. Pero soy muy positivo. Hago lo que me dicta el corazón y ahora me ha dictado venirme para acá. Creo que un actor tiene que ser consciente y ver en qué momento está con respecto a él y al mundo. Así es capaz de actuar para que cambie. Hay que tener esa capacidad de reacción.
-Y con respecto al mundo, ¿un actor debe implicarse?
-Desde que empezó en el mundo griego, el teatro ha sido un espacio para la denuncia y debe seguir siéndolo. Pero hay que hacerlo encima del escenario. Los actores hemos pecado de hacerlo encima y fuera del escenario. Fuera de cámaras, deberíamos ser apolíticos. Porque al final, nos metemos todos en el mismo saco y se nos infravalora. Y hasta puede generar rechazo.
-Como ciudadano, ¿te sorprenden las noticias?
-Ya no me sorprende nada. Llevamos así muchos años. Cuando la gente lleva tanto tiempo en el poder y con esa impunidad… el ser humano es muy corrompible. Y cuando vamos a las urnas somos los que decidimos. No me gusta mezclarme en política.
-Málaga ha cambiado. ¿Cómo la ves desde fuera?
-Me fui con 21 años y he ido viendo ese cambio paulatinamente. Volvía varias veces al año para ver a mi familia y siempre había algo nuevo. Málaga ha evolucionado muchísimo para bien. Está más bonita que cuando me fui y ha evolucionado mucho. El arte ha hecho que crezca el turismo. La playa y el clima ya los teníamos. Estoy muy orgulloso. Llevo a Málaga en el corazón siempre y siempre estaré enamorado de Málaga.
-Siempre hay margen de mejora.
-Claro. Ahora tenemos que conseguir que toda esa cultura deje sitio al artista malagueño y pueda aprovechar este escaparate. Que actor, cantante o pintor pueda ofrecer ese trabajo al resto.
-El Festival de Cine o la Factoría Echegaray van en esa dirección, ¿no?
-Sin duda. Han colocado a Málaga en el mapa. Son iniciativas buenas que hay que llevar a cabo. Pero hay que hacer más y darle más sitio a las compañías que, al final, se tienen que seguir yendo.
-En tu caso, tu opción también fue la de emprender.
-Era la única manera de que fuera viable. Ahora, ha bajado un poco el IVA en el teatro, pero aún así los beneficios de una obra, aunque llenes, son de risa.
-Curioso. ¡Quién diría que un actor gana tan poco!
-Hay actores que cobran muchísimo. Pero hay otros muchos, como los demás que estamos ahí, que incluso llenando las salas nos queda poco. Mi socio y yo escribíamos, producimos y éramos los actores… pues quitas impuestos, lo que se lleva el teatro y te queda para subsistir.
-Y por cambiar de tercio, aunque también ligado a la economía: eres vegano.
-Soy un gran amante de los animales, de todos. Y me importa el planeta en que vivimos. El ser humano es el que más daño le hace. Deberíamos ser los más inteligentes y somos los más tontos. Destruimos nuestro hábitat. A la flora y a la fauna. Me parece terrible el trato que se da a los animales en la industria. Son un artículo más en una cadena de producción. Es innecesario. Yo no digo que todos seamos veganos; pero con que consumiéramos la carne y el pescado que realmente se debe comer, los animales vivirían mejor. Somos omnívoros y nos hemos convertido en carnívoros. Es absurdo e insano. Para dar de comer a todos esos animales hay que cultivar mucha tierra para generar cereales. El 80% del grano que se cultiva en el mundo es para esos animales de granja. Con ello, se podría acabar con el hambre.
-Comida rápida y felicidad rápida. Ambas de mala calidad.
-El ser humano tiene que hacer lo que le apetece. Pero la sociedad no se lo permite. Al final, decidimos hacer cosas que no nos gustan simplemente porque creemos que es lo más seguro. Por eso hay tanta infelicidad y gente que siempre se queja de todo. Es más fácil de lo que se piensa. ¿Y cómo cambio ahora? Pues cambiando. Si quieres ser pintor, dedícate a pintar. A lo mejor no serás el mejor pintor del mundo pero podrás ser profesor. La gente vive vidas terribles por seguras y no hace lo que quiere, sino lo que se espera de ellos.
TEST CON ALMA
Un libro. Cometas en el cielo, de Khaled Hosseini.
Si fueras invisible, ¿dónde irías primero? Me gustaría estar en alguna reunión de políticos. Quiero saber qué hablan cuando no les escuchamos. Deben ‘descojonarse’ de nosotros.
Una película. Interstellar, de Christopher Nolan.
¿Qué superpoder te gustaría tener? Volar, me encantaría volar.
Una canción. Bohemian Rhapsody, de Queen.
Si existiera la reencarnación, ¿en qué o en quién te gustaría reencarnarte? En un tiburón ballena, para disfrutar del mar.
Un lugar. Puerto Escondido, que es donde estoy ahora. Es increíble.
¿Y si te pudieras cambiar por un personaje histórico? Por Jesucristo, por ver realmente qué pensaba.
Te invitan a una reunión de los poderes fácticos (imagina el Club Bildelberg), ¿qué les dirías? Esa gente que manda en el mundo y controlan grandes corporaciones deben tener hijos. Me encantaría saber qué piensan realmente del mundo que les van a dejar.
Texto: Princesa Sánchez
Fotografías interiores y de cabecera: Jossy