De ruta por Archidona

En el centro de la Comarca Nororiental de Málaga, situado en la falda de la Sierra de Gracia, nos encontramos el municipio de Archidona, declarado conjunto histórico y artístico nacional. Los restos arqueológicos que se han encontrado en la zona constatan la existencia de pobladores en la zona desde el Paleolítico Inferior, por lo que Archidona tiene mucha historia que contarnos, así como muchos rincones y paisajes en los que perderse y disfrutar.

Se desconoce el origen de su nombre, aunque todo apunta a que proviene de la expresión latina Arx Domina o Arcis Domina que significa “señora de las alturas”. Y hoy vamos a conocer más sobre esta ciudad malagueña, su historia y sus tradiciones.

Archidona es otro municipio malagueño de los que gusta pasear, perderse por sus calles e ir encontrando las sorpresas que nos guarda. Como los restos de su castillo y las murallas defensivas que protegían a esta ciudad desde una ladera de la sierra allá por el siglo IX, destacando su puerta del sol y su reedificación en el siglo XIII por Alhamar. Que, aunque no ha llegado al completo a nuestros tiempos, aún podemos imaginar cómo fue tiempo atrás. También su plaza Ochavada, tan conocida por todos, considerada uno de los mejores ejemplos del urbanismo del barroco andaluz, construida en 1786. Tiene una planta octogonal y fachadas de ladrillo rojo y cal, una clara inspiración en el estilo mudéjar.

Continuamos con la Casa del Pósito, conocida popularmente como “La Cilla”, un edificio del siglo XVI del que destaca su portada barroca de piedra, flanqueado por escudos ducales. Fue construida para almacenar las cosechas de los duques de Osuna, pero también ha llegado a albergar el Ayuntamiento de la Ciudad, así como en la actualidad sirve de emplazamiento al museo municipal.

También tenemos la arquitectura religiosa, como la ermita de la Virgen de Gracia levantada en 1462 sobre una antigua mezquita de los siglos IX y X, de esta se conservan los tramos iniciales de las naves con columnas de origen romano y visigodo y otros restos de la entrada del santuario. O la ermita de San Antonio, del siglo XVIII de tipología vernácula y situada en el cementerio decimonónico.

Cuenta con tres iglesias, la iglesia de Santa Ana fue el primer templo de la villa baja tras la conquista cristiana, erigido en 1505, conserva su torre triangular y otros elementos del gótico tardío. La iglesia de la Victoria formaba parte de un convento del siglo XVI, hoy desaparecido, de ella podemos disfrutar su fachada manierista rematada con una espadaña de ladrillo. Y, por último, la iglesia de Jesús de Nazareno, de una sola nave con bóveda de cañón y vanos trebolados, data del siglo XVII.

Y para cerrar la arquitectura religiosa, nos encontramos con el convento más antiguo de la villa, fundado por el Conde de Ureña en 1531, el convento de Santo Domingo. Se alza entorno a un patio central, con una sobria portada al estilo dominicano. Y el convento de las Mínimas, que destaca por su portada barroca y su torre poligonal de ladrillo rojo y capitel en cerámica blanca y verde.

Pero Archidona no destaca solo por su conjunto histórico y artístico, la riqueza medioambiental que la rodea es otro de los motivos por la que debemos visitarla. Las Lagunas de Archidona han sido nombradas Reserva Natural de Andalucía, formadas por dos lagunas de aguas salinas y ricas en sulfatos. El valor ecológico y paisajístico de estas lagunas es resultado del relieve alomado que las rodea, pues origina hoyos y permite la formación de verdes y húmedos prados salpicados de cultivos, y un encinar aclarado que viste las faldas de las sierras. Y la Hoz de Marín, una ruta que discurre por el estrecho valle del Arroyo Marín, afluente del Guadalhorce, en el que existe un bosque autóctono de pino carrasco, uno de los más importantes de la provincia. Una ruta que se puede hacer con toda la familia y disfrutar del paisaje que nos rodea.

Por último, tras haber recorrido cada rincón de este precioso municipio, podremos disfrutar de su gastronomía típica en sus restaurantes, como la porra archidonesa, el pimentón, el guisillo de huevo, las migas, los maimones, la cazuelilla morina, la caldereta de borrego y, por supuesto, uno de los mejores aceites de oliva. Además, si somos de dulces, los dulces de las monjas Mínimas son bien afamados, el rosco de medio punto, los aceitaos, el bollo de manteca, los pestiños… A mí me ha entrado hambre y muchas ganas de volver a visitar Archidona, ¿y a vosotros?

Autora del artículo: Noelia Ruiz