Compra consciente vs compra compulsiva
Recientemente hemos tenido dos grandes ejemplos de compras compulsivas: las compras que se realizaron a principios de la pandemia en 2020 y las actuales baldas vacías que volvemos a ver debido al pánico social por la guerra entre Ucrania y Rusia. Sin embargo, estos ejemplos más que compulsivos son masivos, ya que participa una gran parte de la población en este comportamiento, si queremos aplicar esta filosofía a nuestro día a día tenemos que reducirnos a nuestro entorno.
Todos somos conscientes de la cantidad de comida que se tira día tras día: comida que tiramos nosotros que se nos ha puesto mala, o comida que ya no queremos, sobras que no nos vamos a terminar, etc; eso es nuestra casa, y la del vecino, y la de la vecina, y también comida en buen estado que se tira en los supermercados, tiendas, bazares. Comida que ni siquiera llega a las baldas, como gran parte de las frutas y verduras porque no pasan el “test de perfección visual”. Y esto es solo centrándonos en la industria de la alimentación, si comenzamos a pensar en la industria textil, informática, automovilística… podemos terminar en una espiral de nunca acabar. Hay que destacar que gran parte de la contaminación la producen las grandes empresas al no tener una ética medioambiental con el planeta ni moral con sus trabajadores. Pero sí hay pequeñas cosas que podemos hacer nosotros como individuos.
Aquí es donde entran los conceptos de compra consciente vs compra compulsiva. Si queremos empezar a hacer compras conscientes tenemos que pensar qué son aquellas cosas que más utilizamos o consumimos: cuáles son nuestros platos más comunes, con qué frecuencia se me agotan los productos de limpieza, ¿la ropa que tengo es suficiente?, etc. No está mal darnos un capricho de vez en cuando pero hay un largo paso entre comprar algo que verdaderamente nos guste y comprar compulsivamente para satisfacer una necesidad emocional que no sabemos gestionar.
Aquí os dejamos dos tips para comenzar a comprar de manera consciente:
- Planea por adelantado: sobre todo las comidas, si ya sabemos qué vamos a comer, sabremos de antemano las raciones y los ingredientes que necesitamos para cada plato. Así también podemos dejar de mirar la nevera llena sin saber qué hacernos para comer. Por otro lado, planear por adelantado también nos permitirá hacer elecciones más sanas en nuestra dieta, y sobre todo ahorrar dinero.
- Aprende a gestionar los caprichos: como mencionamos antes, no pasa nada por darnos un capricho de vez en cuando, pero esto se convierte en compulsividad en el momento en el que somos incapaces de raciocinio, por ejemplo y vemos unos vaqueros o unos zapatos que nos gustan mucho no pasa nada por comprarlos, pero quizás tenemos alguno ya en casa muy parecido y que esté casi nuevo. O con las nuevas tecnologías, debemos preguntarnos ¿quiero ese móvil de última generación o lo necesito?
Por último, no pasa nada si después de leer este artículo nos damos cuenta de que compramos compulsivamente, corregir nuestros hábitos conlleva tiempo y fuerza de voluntad. El primer gran paso es darnos cuenta de que podemos ser mejores cada día.
¿Vais a comenzar a comprar conscientemente?
Autora del artículo: Silvia Moya
Yo suelo ser muy práctica y cuando voy de compras, voy a comprar lo que verdaderamente necesito…
Yo no compro más porque no tengo dinero…. jajajaja…..sino sería una locura, la de Pretty Woman a mi lado se quedaba corta!!!!!
Hay que planear las compras, sino mal asunto
A mí lo de comprar de forma compulsiva me pasa cuando voy al super, sería capaz de llevarme todas las pijotadas…. jejeje
Jajajaja….Daniel a mí me pasa lo mismo y mi marido se pone malo
Yo me volvería loca comprando….. jajajaja…..pero Don Dinero manda 🙂 🙂
Yo me lo planificado antes de salir, sobre todo por mi salud económica