Cómo aplicar el minimalismo a las relaciones personales
La manera de relacionarnos entre nosotros ha cambiado drásticamente en estas últimas décadas, con el auge de las redes sociales nuestras posibilidades de relacionarnos con otras personas se ha multiplicado, hay aplicaciones para relacionarnos de todas las maneras posibles: en Instagram o Facebook para mostrar nuestro día a día o nuestro trabajo, en Twitter para expresar nuestras opiniones y debatir con los demás, LinkedIn para mostrar nuestro perfil laboral y relacionarnos con otros profesionales de nuestro campo, e incluso aplicaciones como Tinder o Bumble que se centran específicamente en relaciones amorosas.
Visto así en general, todo esto luce como mucho trabajo y muy saturador. Y es que lo es, pensemos que hay personas cuyo trabajo es específicamente dedicarse a las redes sociales y crear contenido, y es un trabajo igual de sufrido que cualquier otro ya que requiere muchísima dedicación. Sin embargo, todavía gran parte de la sociedad tiene unas expectativas muy altas sobre el uso que se le da a las redes sociales, tanto que casi parece un segundo trabajo, ya que se nos exige casi el mismo nivel de dedicación que alguien que literalmente se dedica a ello.
Socialmente está muy bien visto llevar las redes sociales al día, pero realmente no tenemos la capacidad de llevarlo todo para delante, y en el mundo digital las líneas de las relaciones se vuelven muy borrosas, se crean nuevos compromisos que dichos en voz alta pueden parecer ridículos como: “no me ha seguido de vuelta de Instagram, es una antipática”, o “es un chico muy raro, me ha dicho que no tiene Twitter”. Si estamos en un punto de nuestra vida en el que nos vemos sobrepasados por las relaciones que tenemos con los demás, las obligaciones externas y las apariencias de las redes sociales, es momento de dar un paso atrás.

Igual que a muchas personas un espacio de trabajo o de vivienda minimalista les relaja y les facilita el día a día también podemos aplicarlo a nuestra mente y a nuestras relaciones. Tenemos que tener varias cosas en cuenta:
- Nuestras horas al día no son infinitas, tenemos que ceñirnos a nuestro horario laboral y personal, solo porque alguien pueda comunicarse con nosotros a las 2 de la mañana no significa que tengamos que atenderle.
- El poder del no, tenemos que aprender a decir que no, nuestro tiempo tiene valor, no por la idea capitalista de “el tiempo es oro”, sino porque tiene valor personal para nosotros mismos y nuestro bienestar. No tenemos por qué acudir a cada compromiso al que nos hayan invitado y mucho menos si es a última hora, y tampoco nos vamos a convertir en malas personas o en personas egoístas si no concedemos cada favor que nos piden. Dedicarnos a los demás no debe ser algo que perjudique a nuestras actividades personales, ya sean el tiempo que nos dedicamos a nosotros mismos o a nuestro trabajo.
- Priorizar nuestras relaciones. Con las redes sociales tenemos mucho acceso a la vida de los demás y eso nos puede llevar a pensar que conocemos a la gente que seguimos y que nos sigue, y que por lo tanto, hay una relación de amistad o que “conocemos” a la persona. Esto es falso. Las redes sociales son un escaparate en el que las personas muestran aquello que quieren que vean los demás. Hay gente que ha llegado a falsificar estilos de vida o relaciones amorosas a través de las redes sociales. Al final del día, nuestras relaciones más reales son aquellas que tenemos en nuestro a diario en la vida real. Tampoco hay que desmerecer las profundas amistades y relaciones que se pueden crear a través de las redes sociales. Pero hay una diferencia entre conversar con naturalidad (ya sea en persona o por chat) y con honestidad con alguien regularmente, a simplemente tener un seguidor o seguir a alguien. Entonces no podemos dedicarle el mismo nivel de atención a un familiar, la pareja o un mejor amigo que le dedicaremos a una persona que realmente no conocemos. Los 600 seguidores que tenemos en Facebook no son nuestros amigos, la gran mayoría son espectadores.
Finalmente, el mejor consejo que podemos dar es que prestemos atención a aquellas relaciones que nos hacen felices, tenemos que tener claro qué expectativas tenemos para con los demás, ahí nos daremos cuenta que la gran mayoría no satisface nuestras necesidades: qué nos hace feliz, qué relaciones drenan mi energía, qué personas nos han motivado, etc.
¿Creéis que aplicáis el minimalismo en vuestras relaciones? ¿Qué os parece esta práctica?
El mundo de las redes sociales es verdad que a veces es agotador y nos consume mucho tiempo de nuestro día a día
Es verdad que conocemos a mucha gente y a todas no les puedes dedicar el mismo tiempo por igual porque de lo contrario te faltarían horas en el día
Siempre está bien hacer crecer tu círculo de contactos porque nunca sabes si con el tiempo al final generas una gran amistad, pero también es cierto lo que dice Javi, si a eso no le pones un límite, entonces se hace inviable querer agradar a todo el mundo por igual
Cómo en muchas cosas en esta vida, en el tema amistad también hay que priorizar, es imposible estar en todos los sitios a la vez y con la misma intensidad.
Buenas recomendaciones las que nos hacéis