Aprender de memoria no es lo mismo que aprender de experiencia. La Escuela Impulsa se centra en esta última opción a través de un innovador sistema: el ‘coaching’ aplicado a la formación.
“El ‘coaching’ es una herramienta de desarrollo personal y profesional. Es muy potente porque trabaja desde la propia persona y la ayuda a que descubra sus recursos”, explica Pilar Malpartida a Ciudad con Alma. “No es un entrenamiento”, aclara Rafael Bosco. El ‘coach’ “genera experiencias que llevan a reflexionar y a actuar”.
Hace tres años que Pilar y Rafael desarrollan en Málaga este proyecto empresarial, la Escuela Impulsa, que surgió de forma natural, según narran. Fueron compañeros de un máster en ‘coaching’ y, aunque cada uno tenía su trabajo, no tardaron en darse cuenta del valor de su alianza.
Método Impulsa
A estos ‘coachs’ se suma Sonia Ruiz. Llegó a Impulsa como alumna y hoy es parte de un equipo en el que, coinciden, todos tienen voz y voto para diseñar los programas a medida que dirigen a quienes requieren de sus servicios. El “método Impulsa” se extiende con la concienciación.
“Vivimos en una sociedad en la que si no salvas obstáculos por ti mismo es que no eres capaz. Pero somos seres sociales y, cada vez más, reconocemos que podemos ser mejores a través de profesionales”, explica Rafael. “Es como el yoga”, incluye Sonia. “Se generaliza. La gente toma conciencia de sus beneficios. Cuesta porque es intangible.
Pero es esto lo que realmente hace que crezcan persona y empresa”.
Empresas humanas
Las empresas se humanizan. “Con la crisis nos hemos ido a lo material…pero cuando hay un problema, busca en sus propios recursos y los encuentra en las personas”, recuerda Pilar. “Antes era naif hablar de amor, de alma…la empresa está para ganar dinero”. Esa concepción ha cambiado.
Los tres ‘coachs’ malagueños no ocultan su aspiración a crecer, aunque con las raíces siempre bien plantadas en la capital donde se consolidan y son referente.
Consejos para afrontar nuestros miedos
Es natural tener miedo. Todos hemos tenido que afrontar en alguna ocasión algún miedo y alguna vez, incluso nos ha impedido hacer cosas que queríamos hacer. Afrontarlos, superarlos, no es fácil. Te proponemos algunas claves que te puedan resultar útiles a la hora de afrontarlos.
Identifica el miedo. Ponle nombre.
Por ejemplo: Miedo a hacer el ridículo.
Pregúntate: ¿para qué quieres superarlo?
Para sentirme más capaz.
¿Qué perderás si no lo superas?
Me sentiré frustrado.
¿Qué ganas si lo consigues superar?
Confianza.
No lo prejuzques como positivo o negativo.
Esfuérzate en buscar otros enfoques.
Prueba, haz, practica, acepta la posibilidad de equivocarte.