Mindfulness para disminuir el estrés
¿Habéis pensado en crear un espacio nuevo en vosotros mismos que sea más equilibrado? ¿Lleváis un ritmo de vida que os provoca estrés y os impide disfrutar? ¿Pensáis mucho en el pasado y os planteáis constantemente cómo será vuestro futuro? Si vuestras respuestas son afirmativas, os puede venir muy bien llevar a la práctica la técnica del mindfulness.
Lo cierto es que el mindfulness no es una técnica novedosa, se empleaba hace ya 2 500 años y viene ahora de vuelta con el objetivo de mejorar la calidad de nuestras vidas. Consiste en focalizar la atención en lo que está pasando en el presente “aquí y ahora”, aceptándolo tal cual es, sin juzgar y sin intentar cambiar nada en absoluto. La traducción de la misma palabra lo dice, mindfulness en inglés significa: consciencia.
Está comprobado por diversas investigaciones científicas que, incluyendo en nuestra rutina este método, se observan y representan muchos beneficios para nuestra salud física y mental. Nos ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, mejora nuestra memoria y los niveles de concentración. A su vez es muy útil para el desarrollo de la resiliencia o fortaleza de uno mismo. Es de mencionar que en los niños el mindfulness es muy positivo, ya que les ayuda con el autocontrol.
En definitiva, se experimenta una conexión muy estrecha consigo mismo, con tu cuerpo, mente y emociones. Por estas razones es una práctica imprescindible si lo que necesitáis en vuestra vida es aprender a gestionar correctamente vuestros pensamientos y emociones. Al llevarla a cabo, os hacéis más consciente de lo que pensáis y de lo que sentís, por lo que conseguís veros desde otra perspectiva como si vosotros mismo fuerais unos observadores que ven todo lo que hay en el entorno. Esto os proporciona la habilidad de alinear vuestros pensamientos y sentimientos con cualquier circunstancia o propósito que se presente en vuestra vida.
Principalmente se recomienda comenzar con varios minutos al día y a medida que vayáis tomando una rutina, lo ideal es que alcancéis unos 30 minutos de práctica. No esperéis notar los cambios de la noche a la mañana, en esta vida hay que ser perseverante con cualquier cosa que nos propongamos. A continuación os muestro algunos pasos que os pueden ayudar:
Pensar y buscar un momento tranquilo del día, ya sea por la mañana antes de ir a trabajar o antes de acostarnos por la noche, el caso es encontrar un hueco para dedicar tiempo a esta práctica.
También es importante encontrar un sitio relajado, ya sea en casa o en la playa frente al mar, en el jardín… el ambiente debe ser tranquilo y libre de ruidos o distracciones, con una temperatura adecuada y que nos haga sentir a gusto.
Una vez hayamos encontrado el momento idóneo y el sitio correcto, nos ponemos ropa cómoda y nos colocamos en una postura que nos haga sentir a gusto. No importa si estamos en el suelo o sentados en una silla, lo importante es que nuestra postura mantenga la espalda derecha, para así no obstaculizar la respiración. También podemos optar por tumbarnos sobre una esterilla si de esta forma estamos más cómodos.
Posteriormente, nos centramos en la respiración, esto es muy importante. Nos concentramos en cómo entra aire por nuestra nariz y recorre nuestro cuerpo hasta llegar a los pulmones. El cuerpo en ese momento se está nutriendo de oxígeno, expulsando todo lo malo y negativo. Es normal que en un principio la mente se pueda distraer, cuando nos demos cuenta de ello, la llevamos de nuevo a la concentración de nuestra respiración. Poco a poco, iremos mejorando la técnica y cada vez nos costará menos; recordad: ¡perseverancia!
Por otra parte, mantener una actitud neutral y natural. Dejamos que aparezcan pensamientos por nuestra cabeza, ya sean buenos o malos, aprendemos a percibirlos y a observarlos de forma impersonal y a no juzgarlos. Somos personas y al final nuestro cerebro no para de pensar y de procesar información a un ritmo muy rápido, pero no pasa nada, es cuestión de centrarnos y practicar para conseguir finalmente lo que deseamos, estar bien. Si os habituáis en la práctica, la técnica mindfulness acabará dando los resultados que deseáis, lo veréis y sentiréis.
Una vez hayáis adquirido la práctica, prestad atención en no dejaros llevar porque podéis volver a lo mismo. Tenéis que ser conscientes de continuar vuestras sesiones, de hecho, cuando os acostumbréis, podréis realizarlo en vuestro día a día, en vuestras tareas habituales: en el trabajo, cocinando, con amigos… ahí es cuando habréis conseguido incorporar el mindfulness en vuestra vida cotidiana. De esta forma podréis controlar el rumbo de vuestra vida y no dejaros influir por vuestros pensamientos y sentimientos, por lo que con esta técnica que os estoy comentando, tenéis una herramienta muy potente para darle un giro a vuestra vida, transformándola en una experiencia con sentido.
Dalai Lama dijo: “sólo existen dos días en el año en los que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y el otro se llama mañana. Hoy es el único día para amar, creer, hacer y principalmente vivir»
Después de leer este artículo ¿queréis conseguir manejar mejor las emociones y aprender a limpiar vuestra mente? ¿Estáis interesados en realizar el mindfulness? Comentad qué os ha parecido recibir esta información que puede ayudaros a cambiar vuestra vida.
Autora del artículo: Celia Nogueras Álvarez
Llevamos un ritmo de vida muy ajetreado y un tipo de relajación como esta a nuestra salud nos viene genial
Hacer mindfulness aporta una gran tranquilidad y nos hace ver las cosas bajo otro punto de vista
Comparto la opinión de Rosa, nuestro ritmo de vida es de vértigo y caer en el estrés puede resultar muy fácil, de ahí que el mindfulness sea una excelente opción para decirnos «vamos a parar» y a tomarnos la vida más pausada
Yo aconsejo practicarlo porque son muchos los beneficios que nos aporta tanto a nivel de salud física como a nivel de la mente. Yo empezé a hacerlo hace 4 años y ahora todos los días una vez que ya estoy en casa busco ese momento para mi
Hago la misma recomendación que Patri, el mindfulness es una maravilla sobre todo para nuestro crecimiento personal