Cómo elegir el calzado adecuado
Caminar es algo que debería ser placentero, a veces el calor o tras muchas horas de pie o caminando pueden aparecer fatigas, lo cual es normal, pero nunca debe ser motivo de nuestro calzado. Los zapatos que utilizamos deben favorecer el poder pasar más horas de pie sin presentar molestias o, incluso, rozaduras, por eso hoy vamos a ver cómo debemos elegir zapatos para evitar estos problemas.
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Tipo de zapato y ocasión
Lo primero que debemos tener en cuenta es qué tipo de zapato queremos escoger y qué uso vamos a darle a este según la ocasión, no es lo mismo un zapato para una ocasión especial en la que pasaremos poco tiempo de pie y en lo que prima el diseño, que un zapato que utilizaremos de forma diaria para ir a trabajar, por ejemplo. Lo mejor es siempre contar con zapatos básicos de buena calidad y tener un único par que nos sirva para el día a día que no muchos pares que solo podemos usar en una ocasión porque nos resultan demasiado incómodos.
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Soporte y forma
La forma del zapato se debe adaptar a la forma del pie, a veces cometemos el error de querer adaptar nuestros pies al zapato, amoldándolo días antes de la primera puesta para que no sean dañinos. Sin embargo, un zapato cómodo debe recoger bien el pie, sujetando el empeine para poder caminar con mayor estabilidad y sin forzar la postura.
La suela también es importante, las mejores son aquellas que son blanditas y cómodas, pues dañan menos nuestro pie. En cuanto a la exterior, las de goma suelen impedir que nos resbalemos, y, aunque tendemos a pensar que cuanto más plano más cómodo, esto es un error, pues con al menos 2 centímetros de tacón (tanto para hombres como para mujeres), tendremos un mejor soporte que nos ayudará a mantener una postura correcta de la columna vertebral.
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Talla
A veces nos gustan tanto unos zapatos que elegimos una talla de más, o de menos, porque no queda de la nuestra. Además, aunque para un fabricante o tipo de zapato tengas el número 39, para otro puede ser el 38 o 40. Por eso siempre debemos probarnos el zapato como es debido, por ejemplo, usando el tipo de calcetín o media que solamos usar más a menudo o que tengamos pensado usar con ese zapato. No vale decir “cojo una talla más por el calcetín”, porque estaremos cometiendo el error de que probablemente después el zapato sea demasiado grande.
Además, un truco infalible es probarse el zapato al final del día, que es cuando los pies están más hinchados, así sabremos cómo de cómodos nos resultarán. Así como debemos probarnos ambos pies, porque siempre tendemos a tener un pie más grande que el otro. El dedo más largo del pie debe quedar a un centímetro aproximadamente de la puntera del zapato.
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Funcionalidad
El calzado ha de ser lo más ligero y flexible posible, esto lo podemos comprobar dando un paso hacia delante y viendo si las arrugas que forman el zapato no nos molestan. Por ejemplo, esto no ocurre con aquellos zapatos que utilizamos para ocasiones especiales, por lo que deberemos comprobar si realmente estaremos o no cómodos, por muy bonito que su diseño sea.
Por ejemplo, los zapatos que son abiertos por detrás o que tienen tacón son más inestables. Es recomendable que si son abiertos por detrás tengan alguna tira de sujeción, y para que un tacón sea cómodo ha de ser del ancho de nuestro talón, pues el peso del cuerpo se sujeta en los talones.
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Acabado
Aquí entra el calor que nos darán o no unos zapatos, por ejemplo, hay algunos que vienen forrados en lana o similares para condiciones de mucho frío. Sin embargo, si estamos en verano y lo que buscamos es frescor, deberemos buscar zapatos con un forro que absorba el sudor, con material flexible y transpirable. Así mismo, las costuras deben de estar bien acabadas, los refuerzos de la puntera y la zona de los cordones deben vigilarse con cuidado ya que se pueden clavar a la hora de andar.
En resumen, debemos anteponer confort a la estética para evitar problemas y enfermedades a largo plazo. Por suerte, hoy en día confort y estética están cada vez más unidos, pues las marcas se han dado cuenta de que no necesariamente queremos sufrir para poder lucir un buen diseño de zapatos, ya sea en una ocasión especial o en el día a día. Y vosotros, ¿tenéis algún truco a la hora de elegir zapatos?
Autora del artículo: Noelia Ruiz
Llevar un calzado que no sea el correcto puede ser una experiencia traumática….
Yo me acuerdo aún de una boda a la que fui, que me compré unos taconazos e iba divina de la muerte, pero que mal lo pasé luego, apenas pude disfrutar de la boda porque me tuve que tirar todo el tiempo prácticamente sentada
Como te entiendo Maria Victoria, a mi me pasó algo parecido, pero para una fiesta fin de año, y maldita se la hora en la que me compré los tacones…..jejejejejejej…..ampollas es poco para lo que me salió, estuve no se cuanto tiempo con una heridas feas
Yo tuve la brillante idea de un día salir a correr con las zapatillas de deporte de mi mujer porque las mías se abrieron por la puntera y prácticamente tenemos el mismo número de pie, así que le dije «niña déjame las tuyas» y mira que ella me dijo «estás seguro?. Mira que el ancho no es el mismo», no le hice caso, y de vuelta a casa, parecía, que en paz descanse, a Chiquito andando, que mal, que mal……jajajajajajajajaj
No me habléis de los pies, que yo los tengo más delicados que el «culito de un bebé», cada vez que me tengo que comprar unos, hago una oposición porque no me valen cualquiera
Debería de cambiar el dicho de «eres más malo que un dolor de muela» por el de » eres peor que un dolor de zapatos»…jejejej