Carlos (Satin Greco): “Yo en mi día a día soy muy Lola Flores”

Carlos empezó a trabajar como peluquero en Madrid siendo joven. Una noche que salió de fiesta, decidió hacer caso a lo que sus compañeros de instituto le decían cuando se metían con él diciéndole que se fuera a Chueca, y siguiendo su curiosidad visitó por primera vez uno de los barrios LGTB+ más importantes de Europa. Entró, como por cosa del destino, en un bar donde trabajaban transformistas. Él, con ese arte y esa simpatía que lo caracterizan, comenzó a interactuar con ellos y fue así como uno le comentó que había una prueba pues buscaban gente para hacer el show.

Y así fue como nació Satin Greco, esa reconocida Drag Queen que todos alguna vez hemos oído hablar de ella. Siendo menor de edad, Carlos no pensaba que el mundo de la noche y el espectáculo fuesen a formar parte de su vida, pero poco a poco y cansado de la peluquería se fue abriendo paso en el mundo del artisteo. Ahora, lleva ya más de veinte años dedicándose a esto.

Éxito es una palabra que podría resumir su carrera, aunque él afirma no haberse imaginado jamás que el nombre de Satin Greco resonase tanto por todos los rincones del país. Sin embargo, reconoce que podría haber tenido más pues es algo “conformista” con lo que tiene y suele cerrarse a cosas nuevas, no queriendo salir mucho de su zona de confort. Aun así, encarnando su papel de Lola Flores, se atrevió a presentar la IV Gala Premios con Alma, saliendo totalmente de su zona de confort y entregándose a un público completamente diferente del que está acostumbrado. “Después de esta experiencia quiero probar más cosas”, nos afirmaba después de hablar del cariño con el que el público le había recibido y el reconocimiento que su primer trabajo como presentadora había tenido.

“Fue un poco raro, estuve algún tiempo sin decir nada en mi casa, pero claro, ya era evidente porque tenía que llevar los trajes a casa, lavarlos…”, es lo que nos contaba sobre su experiencia al principio cuando sus familiares aún no sabían nada. Carlos se crió con sus abuelos, su abuela desde un principio le ayudó, lavándole los trajes, planchando… Pero su abuelo hacía como que no quería verlo. Esta situación cambió cuando un día le vieron trabajar como Lola Flores. Su abuelo acabó aceptándolo mejor que su abuela, ya no hacía como que no quería verlo, Carlos nos contaba que quizá no entendían el concepto del transformismo hasta que vieron que su nieto era artista.

Y el nombre de su personaje viene de la película Moulin Rouge, se lo pusieron unos compañeros. El apellido, o segundo nombre, Greco, lo adoptó a modo de tributo a un vecino suyo de Madrid a quien veía como si fuese su tío, pues había crecido junto a la madre y la tía de Carlos. “Él se puso Tina Greco, entonces yo me puse Greco por él. Tina fue por mi abuela, se llamaba Argentina, el Greco no sé por qué fue. Satin solo me parecía soso, además en Málaga ya había una Satin entonces yo me tenía que diferenciar”, añadía sobre su nombre.

Como ya hemos dicho, Satin Greco en su papel de Lola Flores fue todo un éxito en la IV Gala Premios con Alma, le aportó la gracia y el arte que la velada necesitaba. Por eso quisimos saber cómo nacían esos personajes que interpretaba. Para sorpresa nuestra resulta que nunca ha tenido que ensayar a Lola Flores, pues él ya es muy Lola en su día a día. La sangre gitana también corre por las venas de Carlos, que lo hacen aún más Flores, aunque no tenga ninguna relación con ellos. Cuando ves a Satin en el escenario, vestida de Lola, tu no ves a Satin ni a Carlos en ningún momento, todo aquel que asistió a la gala pudo ver ante sus ojos a la mismísima Faraona presentando la gala. Además, nos cuenta que uno de sus sueños es que alguna de las hijas de Lola le vean actuar como su madre un día.

“Es inexplicable, es una bomba de sensaciones, me gusta mucho. Si la gente lo disfruta, lo valora, lo respeta, que eso es muy importante, yo soy la persona más feliz del mundo”, hablaba Carlos sobre todo lo que siente cuando su trabajo es reconocido por otras personas. Porque ser transformista no es solo subir al escenario, son muchas las horas de preparación y el dinero que se invierte para hacer que la gente disfrute del espectáculo. Es un trabajo en el que tienes que disfrutar al máximo para que el público quede contento, tienes que darlo todo, aunque ese día no te sientas como para darlo todo. Carlos nos decía que, incluso, algunas veces le llegaban personas a decirle que gracias a su espectáculo se habían olvidado de sus problemas o enfermedades: “Es la minoría de veces, pero eso te empuja mucho a decir “coño esto no es solo un mariconeo más”, es que con esto ayudas a que la gente se desinhiba”.

Y aunque hablamos de éxito, de una carrera de fondo, Carlos tiene ganas de echar de menos a Satin Greco y que la gente la eche de menos a ella. Apartarse un poco del mundo de la noche y el espectáculo pues necesita un cambio de vida. Es por esto que va a abrir su propia peluquería y ahora solo realiza algunos eventos y “cosas esporádicas”. “Estoy como las mujeres de 50 años, con los cambios hormonales”, hacía la comparación Carlos sobre su situación con el transformismo. Sin duda, nosotros vamos a echar mucho de menos a Satin Greco, pero también tenemos ganas de verla presentando grandes galas y eventos, lejos de lo que estamos acostumbrados a ver de ella.

A continuación os dejamos nuestro test más personal, el «Test con Alma» que le hicimos para la entrevista:

Autora de la entrevista: Noelia Ruiz