Antonio Montiel: El niño que se escapó de casa para encontrar a su musa

La historia de Antonio Montiel y su pasión por la pintura y el arte en general es bien curiosa. Viene acompañada de una anécdota con el descubrimiento de su musa. Esto hizo que se despertase en él unas ganas tremendas de dibujarla, tanto que se personó en Alicante con 14 años después de haberse escapado de casa para poder encontrarla, estamos hablando de Pepa Flores, más conocida como Marisol.

Desde muy niño, él siempre ha dibujado. Nos cuenta que, con tan solo 3 años, viviendo en Madrid, su padre llevó a casa un lote de revistas “Car” y, en una de las portadas venía el primer plano de Marisol, “Me llamó la atención aquella portada de tal forma que la aparté del resto y en una libreta que me había regalado mi madre empecé a intentar copiar aquella cara”, y así, es cómo se inició en el mundo del retrato. Repitió tanto aquel dibujo, que se aprendió su cara de memoria, y lo más bonito, es que él no había conocido a Marisol por su fama, sino por el impacto de su rostro en la portada que comentábamos anteriormente.

Con los años, se trasladaron de nuevo a Málaga. Es aquí, donde una profesora que tenía, habló con sus padres al ver el talento de Antonio y les dijo que era necesario que se apuntara a la escuela de arte de Málaga. “El primer día había un tablero con un cuadro enmarcado de un carboncillo y ponía ‘en este lugar estudió Pablo Picasso’, era de él y, ahí empecé”, nos explica sobre sus comienzos en la escuela de arte con tan solo 10 años.

Marisol siempre seguía presente en él, era la que lo había inspirado a retratar y la que en cierta forma lo había hecho apasionarse por el arte y posteriormente querer estudiarlo. Su meta estaba clara en esos momentos, quería conocerla y poder dibujarla en persona. Casi lo consigue cuando conoce a un señor que vivía debajo de los abuelos de Marisol y este accedió a llevarle un dibujo que él había hecho de ella, pero no lo consiguió.

Es por eso que, con tan solo 14 años, Antonio Montiel decidió que iría a ver a Marisol cuando esta vivía alejada del mundo artístico en Altea (Alicante). Conoció a una mujer que iba a acompañarlo en el viaje, pero en el último momento no apareció, pero eso no fue motivo para rendirse, él decidió partir solo. “Y entonces me fui, me compré mi billete. Llegué a las once de la mañana a Altea y no la encontraba. Ella estaba muy acostumbrada a que la gente fuera a buscarla allí… Llegó un momento en el que me puse a llorar en el escalón de su casa y una vecina me vio, le conté lo que pasaba”, esa vecina tuvo la amabilidad de explicarle a Pepa Flores lo que ocurría, contándole que un niño de 14 años, había viajado desde Málaga para poder conocerla. Gracias a eso lo dejaron pasar y así fue como pudo cumplir el sueño de conocer a su musa, a Marisol.

Y ya a partir de ese momento no hubo nada que detuviese la pasión de Antonio Montiel por el arte. Su perseverancia y duro trabajo, lo han llevado a retratar a personalidades como los reyes de España o la reina de Inglaterra. Estando en el servicio militar, le encargaron hacer un retrato del rey emérito, Don Juan Carlos I, el cual realizó a través de una foto, y que llegó a la Casa Real gracias a que sirvió de portada para una revista del ejército. Años más tarde, ya con Felipe VI en el trono, consiguió ser el primer artista para el que posaba el rey, pues al ser Antonio Montiel quien había hecho previamente un retrato de Doña Sofía, decidieron concederle el posado de Su Majestad Felipe VI. Este cuadro lo presentará en Madrid el 4 de octubre, sin duda estamos impacientes por verlo.

Él, no sólo ha crecido como artista desde los tres años, también “se ha ocupado mucho de la parte interior”. El descubrimiento de la espiritualidad le ha servido para seguir siempre adelante. Y aunque pueda parecer que los artistas y famosos no son como todos nosotros, Antonio confiesa que cuando estás dentro del mundillo se “desmitifica” ese mito. “Porque tengas una profesión no tienes que ser de una manera determinada, ser artista es ser normal. Yo siempre me he sentido normal, porque sabes lo que pasa, es que no me ha tocado la lotería y se me han cambiado los cables. He ido poco a poco, queriendo hacer las cosas bien, lo que he admirado es lo que he fomentado”, añadía sobre cómo normalmente, tendemos a posicionar a ciertas personas a niveles muy altos por el mero hecho de ser famosas.

Para él, el arte actualmente está perdiendo mucho, recalca que la mejor época fue la del Barroco y, tras esta, fue decayendo. Aunque aprecia los avances tecnológicos y la mejora del nivel de vida que tenemos, echa mucho en falta el valor que él sentía que tenía antes el arte y, opina que actualmente se desmerece mucho esta profesión.

Terminamos la increíble charla que tuvimos con Antonio Montiel con esta frase: “Todo lo que he hecho me ha servido para aprender, para desmitificar, para ver mucho más la realidad”.

Nos hemos encontrado con un gran artista que ha demostrado que se dedica al arte por pasión y que nunca ha perdido el centro de su existencia como persona. Ha cultivado su arte y su alma a partes iguales y nos ha demostrado que la fama no está reñida con la cercanía. Esperamos seguir viendo sus trabajos en lo más alto para disfrutar una y otra vez de sus trazos en los lienzos.

Y para terminar os dejamos el vídeo del «Test con Alma» que le hicimos a Antonio y donde al final deja un saludo para todos nuestros lectores:

Autora de la entrevista y las fotografías: Noelia Ruiz