Algunos mitos sobre el acné
El verano es sinónimo de alegría, entretenimiento, vacaciones… y este, asoma a la vuelta de la esquina. Una de las cosas más importantes para dar rienda suelta a la diversión es sentirse bien con uno mismo. En muchas ocasiones, tener manchas en la piel o sufrir de acné, puede incomodarnos, pero como decían nuestras abuelas, todo tiene remedio en esta vida.
Hoy os hablaremos de las pieles grasas, del temido acné y de todos los mitos que han surgido a su alrededor, de la mano de las expertas del Centro Cristina Galmiche.
A continuación, compartiremos los mitos, aciertos y problemas más habituales que presentan las pieles grasas.
-
Todas las pieles grasas son iguales. MITO.
Existen varios tipos de piel grasa que pueden estar asociadas a la sensibilidad, al acné y los puntos negros, a la deshidratación o a las descamaciones e irritaciones.
Lo principal es diagnosticar el origen del problema para iniciar los tratamientos adecuados.
Vamos a distinguir los tipos de piel grasa según sus características.
Piel grasa seborreica: Las glándulas sebáceas fabrican sebo estimuladas por las hormonas, de ahí que el acné aparezca por primera vez en la pubertad, aunque en la edad adulta pueda surgir también debido a trastornos hormonales varios.
Piel grasa deshidratada: Se desarrolla cuando la secreción sebácea modifica su composición cualitativa, disminuyendo la proporción de lípidos hidrófilos porque la epidermis no es capaz de retener agua suficiente y se deshidrata.
Piel grasa asfíctica: Alcanza este estado por la utilización de cosméticos inadecuados. Por ejemplo, el empleo de productos demasiado astringentes, que cierran los poros y alteran la composición del sebo, que se solidifica en el conducto excretor y, debido a la hipertrofia de la capa córnea, se le dificulta salir y genera la aparición de quistes sebáceos o de millium.
-
Grasa y seborrea son sinónimos. MITO.
La grasa se produce por exceso de sebo en las glándulas sebáceas y, puede ocurrir por múltiples causas, mientras que la seborrea se origina en un trastorno hormonal que desequilibra la secreción de grasa de las glándulas.
-
Para equilibrar una piel grasa debemos actuar sobre la epidermis y la dermis. VERDAD.
Aunque es en las capas más superficiales donde notamos los síntomas de una piel grasa o acnéica, el problema reside en la dermis, donde están las glándulas sebáceas.
Es por eso que debemos actuar con un protocolo perfectamente orquestado y estudiado, donde pondremos especial atención en la extracción de los granitos, puntos negros, espinillas, y liberaremos los conductos sebáceos para que la piel respire, el poro se cierre y no se dilate por “el peso de la grasa que lo bloquea”.
-
Nunca hay que explotar un grano. MITO.
Este es uno de los punto que más me ha llamado la atención, sobre todo, porque es el que más nos repiten y el más escuchado, pero curiosamente, detrás de esa prohibición, hay una advertencia que nos dice que no debemos hacerlo en casa, sin la higiene, los conocimientos y los utensilios necesarios, pero… si hay un brote de acné, este puede o yo diría debe ser tratado en cabina con todas las precauciones e higiene necesarias, para extraer la grasa y evitar que la infección se extienda, eso sí, siempre por especialistas en la materia.
Puedo dar fe de que funciona, porque un miembro de mi familia está en tratamiento en el Centro Cristina Galmiche, y lo que no consiguió en años de tratamientos farmacéuticos (carísimos por cierto) y la medicación que le recetó la dermatóloga durante tres meses (que tampoco acabó con el problema), lo ha conseguido la oxigenación en el centro de Cristina Galmiche con tan solo dos sesiones (ya ha desaparecido la inflamación de los granos y su piel está mucho más luminosa). Además, ofrecen un Servicio Exprés “quitagranos” gratuito (siempre con cita previa) para los clientes que estén bajo tratamiento en su centro.
-
Una crema oleosa puede generar un problema de acné y piel grasa. MITO.
Existen factores externos como la contaminación, la falta de higiene, o la alimentación incorrecta, que pueden hacer que el problema se acentúe, pero con la piel grasa se nace. Suelen estar condicionadas por herencia genética y sale a relucir con los cambios hormonales –adolescencia, embarazos, menopausia…
El uso de cremas inadecuadas puede contribuir a desequilibrar las glándulas sebáceas, obstruir los poros y ser comedogénicas, pero no provocan la aparición de piel seborreica de la noche a la mañana.
-
Limpiar el cutis graso con agua del grifo es perjudicial. VERDAD.
Es sorprendente y poca gente lo toma en serio, pero debemos saber que el agua corriente contiene muchas sustancias como la cal, el cloro o el sodio, que agreden la epidermis dejando una sensación de tirantez incómoda y en algunos casos dañina para cutis sensibles o reactivos (cuperosis, rosácea, acné…).
La siguiente pregunta que me asalta es, ¿Cómo debo lavarme la cara? La respuesta es sencilla, existen rituales de higiene facial como el de limpieza de Cristina Galmiche que ofrece bienestar y calma, además de despejar el rostro de impurezas.
-
Las mejores bases de maquillaje para las pieles grasas o con acné son las oil free. VERDAD.
Lo más importante es comprobar que entre sus ingredientes no contengan demasiados químicos, ni sustancias excesivamente astringentes y que, por supuesto, figure en la etiqueta el consabido “no comedogénico”, es decir que esté formulado para que no obstruya los poros.
Y por supuesto, nunca debemos acostarnos sin retirar el maquillaje concienzudamente.
-
Los tratamientos “en seco” del acné pueden ser perjudiciales. VERDAD.
Para tratar el acné hay dos opciones: secar el tejido superficialmente o regularlo y sanearlo desde dentro.
Muchos protocolos médicos, estéticos y cosmetológicos escogen la primera opción para eliminar bacterias y grasa (dermoabrasión, peelings, antibióticos…etc.).
Estos ofrecen la ventaja de la inmediatez, pero a la vez son altamente agresivos con la piel, ya que la violentan y abrasan.
Por ello, el abuso de los “tratamientos en seco” puede tener consecuencias muy negativas para el tejido cutáneo. La piel tiene memoria y es imprescindible tratarla con respeto para preservar su salud.
-
Las pieles grasas y mixtas deben de huir de las texturas oleosas. MITO.
Es una creencia muy extendida: “como tengo problemas de grasa –granitos, puntos negros, espinillas, brillos,- debo usar siempre productos astringentes para evitar el exceso de sebo”, nos decimos.
¡Y no! las pieles grasas también precisan de hidratación y nutrición como las demás; los principios activos “secantes” muy a menudo terminan por provocar deshidratación, irritaciones, incluso eccemas y dermatitis.
-
La cosmética oil free mejora la piel grasa. MITO.
Los productos libres de aceites no arreglan el problema de una piel con exceso de sebo, aunque si evitan la sensación de “pringue” y regulan los brillos de manera temporal, así pues, sirven como herramienta de control, pero no de tratamiento.
Después de toda la información que hemos recibido, lo que más claro nos ha quedado, es que debemos cuidar nuestra piel, porque esta tiene memoria y además, es el mayor órgano de nuestro cuerpo. Tener la piel sana, es estar mucho más sanos.
No sé vosotros, pero yo hoy he aprendido muchas cosas y he desmitificado algunas otras que tenía por ciertas. ¿Cuál ha sido el mito que más os ha sorprendido?
Para más información
Dirección: C/ Maestranza nº 4 – 29016 Málaga
Teléfono: 951552200
WhatsApp: 722318530
Email: malaga@cristina-galmiche.com
Un excelente artículo donde se despejan muchas creencias populares
Exacto Isa, sobre todo en el punto de quitarse los granos, para que veas, y es que donde estén los profesionales……
Muchas gracias por la info 🙂 🙂
Desde luego es increíble cómo las cosas se dan por hechas y claro al final acabas creyéndolo y nada más lejos de la realidad cuando un profesional lo explica tal y como es. Buena información.
Consejos a tener muy en cuenta
Para temas de salud siempre, siempre hay que confiar en los profesionales
Pues si Gerardo y más en un tema como es el cuidado de la cara. Muy buena información dónde nos abrís los ojos sobre ciertas creencias erróneas