5 trucos para evitar el dolor del calzado nuevo
Que nos gusta un paseo por los miles de lugares maravillosos que tenemos en Málaga… pero cuidado cuando esos paseos los hacemos con unos zapatos nuevos, porque las temidas rozaduras nos harán la vida imposible. Desde Ciudad con Alma te traemos 5 tips básicos para evitar que tu nuevo calzado te haga daño. ¡Toma nota!
1.- Elegir el zapato ideal
Para empezar, un buen zapato debe ser de la talla adecuada, para poder estar cómodos y andar con naturalidad. Esto implica que debe existir, al menos, un centímetro entre el dedo gordo y la punta del calzado. Asimismo, elegir el zapato de mejor calidad es importante, ya que a veces lo barato sale caro, y aquellos zapatos que estén mal acolchados o forrados podrán hacer más daño.
Si compras algo es para disfrutarlo, por ello, debes saber cómo y cuándo es el mejor momento para comprar tu calzado. Sí, sí, aunque no lo parezca, esto repercutirá en la elección. Es recomendable ir a comprar el calzado por la tarde, ya que después de todo el día, los pies estarán más hinchados y dilatados. Esto es un factor que te ayudará, por ejemplo, a no comprar unos zapatos demasiado pequeños.
2.- Utiliza productos para evitar rozaduras
Una de las pautas para evitar que los zapatos te hagan daño es identificar dónde te duele y el por qué. Para ello te recomendamos que te los pruebes en casa e intentes aplicar el remedio correcto en cada caso.
Una opción es utilizar papel de periódico u otro material similar para ensancharlos. Coge unas cuantas hojas y humedécelas un poco, mételas en el zapato y déjalas toda la noche. Al día siguiente, comprobarás que tus zapatos están mucho más holgados. ¡Ojo! Recuerda no llenar excesivamente los zapatos para no deformarlos.
Los polvos de talco evitan que el pie sude y aparezcan las temidas rozaduras. Espolvorea todo el calzado, asegurándote de que no quede ninguna zona por cubrir y ¡recuerda! Los pies deben estar secos antes de ponerte el calzado. Otra opción es el uso de crema hidratante. Al estar la piel humectada, resulta menos vulnerable este tipo de lesiones. Basta con que apliques un poco de producto sobre la zona justo antes de ponértelos.
3.- El calcetín, tú mejor aliado
Tendrás que tener en cuenta, además, el tipo de calcetín o media que utilices para cada calzado, ya que un calcetín grueso puede quitar bastante espacio dentro del zapato, provocando demasiada fricción y, que ello lleve a rozaduras.
Los calcetines son excelentes para proteger el pie de las rozaduras de un calzado nuevo. Si hablamos de calcetines o tacones, o cualquier tipo de calzado de verano, lo ideal es llevar un calcetín de media fina para proteger al pie y que lo mantenga fresco y ventilado.
4.- Aplicar frío o calor, ¿es una buena opción?
Si los zapatos son nuevos y muy estrechos, lo ideal es intentar ampliarlos. Para ello, puedes utilizar bolsas para congelados y depositarlas dentro del calzado. Esto conseguirá que el zapato se haga más ancho y es una solución rápida si no quieres esperar a que se amolde con el tiempo.
En cambio, si el tipo de material del zapato es como el cuero, necesitarás un poco de calor. Para esta tarea se puede utilizar un secador de pelo. Aplica calor intenso durante uno o dos minutos y mueve el zapato. Estira el zapato por aquellas partes que quieras agrandar, de esta manera, se volverá más flexible. ¡No te preocupes! El zapato, tras enfriarse, volverá a coger una forma firme. Eso sí, ten cuidado y no lo calientes más de lo debido, ya que se podría dañar el tejido.
5.- Tirar de los clásicos
¿Quién no ha usado alguna vez tiritas para evitar heridas en los zapatos? Y es que esta vieja aliada siempre suele ser la mejor opción. Si al probar en casa el calzado notas molestias y eres capaz de localizar el lugar exacto, puedes colocar la tirita y evitar que aparezcan ampollas. Otras opciones son el uso de gasas u otro elemento similar que eviten el roce.
Si aún así te sigue molestando el calzado, puedes usar otros productos específicos como plantillas. Lo ideal es el uso de plantillas no muy gruesas para que el pie esté cómodo, además de transpirables, para que de una agradable sensación al pie y permita conservar un buen olor.
Y tú, ¿Tienes algún truco para que no te dañe el calzado nuevo?
Autora del artículo: Amanda Pinto
Calla, calla con lo malo que es un dolor de pies por favor!!!
Uffff, yo me acordaré de por vida de unos zapatos que me compré para una boda, tuve las rozaduras no sé cuánto tiempo, que mal lo pasé ese día mediada la boda cuando ya no podía ni con mi alma…jaja
Es que es de los dolores más malos